martes, 17 de marzo de 2015

XXXVI (ó 36) media (o medio) maratón (o marathon) de Murcia (o Mursia)

A pesar de que la Media Maratón de Villarrobledo me trae buenos recuerdos y no me disgusta, este año me apetecía poquísimo ir. Así que como el mismo día era la Media Maratón de Murcia, pues allá que nos fuimos el de siempre, es decir JuanRa, y servidor.

Here we go.

La verdad es que hay que madrugar, pero en un periquete llegamos a Murcia con tiempo suficiente. La carrera empezaba a las 10 y a las 9 y poco ya estabamos allí. Aparcamos bastante cerca y sin problemas. Fuimos a por el dorsal (la bolsa la daban al final) y allí nos encontramos con sorpresa (relativa) a los doctores y atletóides Javier y Pedro del hermano Club Don Quijote.

Hete aquí la fotaca para inmortalizar (?) el encuentro murcianil.

Quiero la foto que estaba haciendo la mujer de detrás.

Esta foto para ilustrar que, efectivamente, estábamos en Murcia y no en Villarrobledo (or wherever).

Ready for action.

Volvimos a ponernos los dorsales y últimos retoques. Aproveché la carrera para estrenar una riñonera (rollo Tito Yayo) recién comprada. Allí metí un par de geles y una glucosa. Y la verdad es que la experiencia muy buena, puesto que no se nota que la llevas, no se mueve y no traspasa.

Un poco de calentamiento y nos encontramos con Cosme, antiguo bloguero, antiguo habitual de nuestras tierras, pero aún enfundado con la camiseta del C.A. Chinchilla como antaño. Con cinco o seis minutos de retraso se da el disparo, momento en el que nos despedimos de los Quijotes con quienes hacíamos porra.

Nos tomamos la carrera con la tranquilidad que se aconseja a estas alturas del entrenamiento (menos de un mes para el gran día). Salimos desde bastante atrás, así que adelantamos a bastante gente. La Media Maratón se hacía coincidir con un 10k, aunque creo que eran 10,5 km, pero bueno. En total llegaron a meta 2154 corredores de la Media y otros 640 del 10k. Viendo estos resultados en la web de cronometrajes entiendo por qué apenas se notó el descenso en el número de corredores cuando acabamos la primera vuelta. Todo tiene su explicación, está claro.


Os puedo contar de esta Media Maratón de Murcia varias cosas, algunas más curiosas otras más normalitas. Se trata de un circuito de dos vueltas casi iguales. Cuando acabas la primera, das un giro de 180 grados y los del 10k siguen recto unos 100 ó 200 metros más hasta la meta. Luego, en la segunda vuelta, más o menos por la zona del km 18, hay un cambio en el recorrido, metiéndote por unas calles y dando la vuelta a un parque o plaza, sitios por donde no pasabas cuando ibas en torno al km 8, para volver a conectar poco después con el recorrido de la primera vuelta. ¿Se entiende, no? Dos vueltas de unos 10 km pero a la segunda le añaden un 'recodo' de 1 km para que en total sumen 21.

Otra cosa que me ha llamado la atención es lo absolutamente plana que es la carrera. Más llana que Albacete o Santa Pola (que son las más planas que he corrido y que podáis conocer, oh, amables lectores), incluso más plana aún que otras ultra-planas que he corrido, como Benidorm o Cartagena. El único punto ligeramente elevado es una pequeña rampa de unos 30 metros de longitud en la que se ascenderán en vertical unos... ¿dos metros?... y que inmediatamente se vuelve a descender. Lo demás total y absolutamente plano.

Por otra parte el recorrido, en cuanto a belleza o supuesta belleza, ni fu ni fa. Creo que Murcia permite mejores vistas, pero es lo que hay. De hecho yo he estado varias veces en Murcia ('dentro', aparte de las veces que he ido a Ikea) y no me sonaba ninguno de los sitios por los que pasaba la carrera: ni Catedral, ni Plaza de las Flores, ni Tontódromo, ni nada. Eso sí, pasamos por una sucursal del Banco Madrid, esa filial de la recientemente intervenida Banca Privada d'Andorra. Lo más bonito quizá es la parte en que se corre paralelamente al río.

Otro aspecto que me ha llamado la atención es la gran cantidad de tramos en los que te vas cruzando con otros corredores, ya sabéis, calles de ida y vuelta en las que primero te cruzas con los que te preceden y después con los que vienen detrás. A ojímetro calculo que por lo menos el 60% del trazado eran tramos de este tipo, eso sí, había también un buen puñado de giros de 180 grados, más que en ninguna otra carrera en la que haya estado (hago memoria y me salen 5 ó 6 en cada vuelta y otro más justo al final de la primera vuelta, 11 ó 13 en total). Por suerte no conocíamos a casi nadie y no se nos cansó el brazo de saludar.

Lo que sí se nos cansó un poco fue el cuello de girarlo. Y es que había bastantes más mujeres de las que estoy acostumbrado a ver normalmente en las carreras. En cuanto a belleza, de todo como en botica, pero claro, a más número mayor posibilidad de ver algo agradable. Y el cuello que se resintió.

Más cosicas: pocos clubes en general. Vi mucha camiseta genérica o de marca, y conmemorativas de carreras, pero una proporción relativamente pequeña de gente que llevase camisetas de clubes. De Albacete vimos a pocos: los ya mencionados Quijotes, 4 ó 5 de Villamalea (cuyas caras no me sonaban de nada), 1 de Madrigueras, Pablo Gª Ruano del C.A. Albacete (4º en la general de la Media Maratón) y Patricio del C.A. Chinchilla (2º del 10k). Más sobre los clubes: dos semanas antes estuve, como sabéis, en la Media de Cartagena. Allí había infinidad de atletas de dos clubes locales, el Mandarache (que va de cuadros) y el Maratón Cartagena (que va de azul). Pues bien, en Murcia si no me falla la memoria únicamente ví a una moza rubia del Mandarache y unos pocos del Maratón Cartagena (acabo de mirar el listado y, en efecto, sólo una atleta del Mandarache y 14 del Maratón Cartagena). Imagino que la rivalidad entre barrigas verdes y aladroques aquí la han llevado también, por motivos que desconozco, al running. Cita requerida a algún amable lector, porfa.

Pero lo más llamativo para mí ha sido (y eso que ya iba advertido) la enorme cantidad de soldados de la Brigada Paracaidista que hay corriendo. Iban en varios grupos, y a buen ritmo. Unos cuantos grupos iban por delante y otros, los menos, por detrás de nosotros. En cada grupo había un sufrido atleta-militar que llevaba un estandarte. Pero no os creáis que era un mástil ultraligero de fibra de carbono, no no, era un buen palo de madera con su bandera bordada y, en la punta, una especie de hacha. Aquello debería pesar lo suyo incluso aunque se lo fueran turnando. En cada grupo habría unos 20 ó 30 individuos, quizá 40, siempre con alguna mujer. Incluso vimos a una o dos que llevaban ellas la bandera. De vez en cuando se les oía cantar canciones de esas de las películas americanas cuando van entrenando los militares, ya sabéis, esas en las que uno dice algo y los demás lo repiten a coro... como por ejemplo reza una de mis favoritas por la profundidad de sus versos:

- ¡A mi me lo dicen pero yo no me fio!
- ¡A mi me lo dicen pero yo no me fio!
- ¡Las esquimales tienen el coño frio!
- ¡Las esquimales tienen el coño frio!

NOTA 1: acabo de mirar el listado y me sale, como si fueran un club, que había nada menos que 260 miembros de la BriPac. Olé por ellos y ellas.

NOTA 2: vídeo de llegada a meta de un par de pelotones de la BriPac, para que os hagáis una idea, aquí.

Y ya en lo personal de la carrera, pues bien. Salimos casi atrás del todo con lo que, aunque las avenidas son bastante amplias, tuvimos un poco de tapón los dos primeros kilómetros. Luego ya cogimos ritmo y lo mantuvimos. La idea era no sufrir, probar una vez más algún gel, e interiorizar ritmo de maratón, aunque en realidad fuimos más rápidos. Las sensaciones bastante buenas a pesar de la cantidad exagerada de kilómetros que llevamos en las piernas a estas alturas, en una mañana fresca que aparentaba tornarse calurosa, pero que finalmente respetó manteniendo una agradable temperatura para correr, sin viento además. Poca animación en cuanto a público, todo hay que decirlo, más o menos lo habitual de cualquier media maratón salvo honrosas excepciones. Eso sí, a la altura del km 17 más o menos, cuando ya creía que no iba a hacer acto de presencia, apareció de entre el público mi gran amigo Javi (de Jaén, pero que lleva ya unos años viviendo en Murcia) al grito de ¡¡Mariconsón!!

Lenta pero inexorablemente fueron pasando los kilómetros hasta que por fin llegamos a la línea de meta, momento que siempre emociona cuando estás hasta los huevos de correr y solo deseas pararte. Y ya si te reconocen en meta cuando estás en tierra extraña, no te digo ná. Al final, aunque íbamos para 1:46, apretamos un poco al final y redondeamos a 1:44:50. Cita requerida: ¿quién es el speaker y por qué conoce al Dosquince Albacete?


En la meta no hubo aglomeración ninguna, a pesar de tratarse de una carrera relativamente multitudinaria. La entrega de la bolsa rápida y bien, con una camiseta técnica que no destaca por su belleza pero que tampoco es de las peores, y los típicos productos: un mini-brick de zumo, una lata de cerveza-con-limón (de la que además había barra libre en barril), barrita de muesli, magdalena... ridículo, manzana, micro-tubo de dentífrico, sobre promocional de crema masajeadora anti-dolor, etc.

Nos aplicamos varias claras de limón mientras estirábamos un poco el cuello y también las piernas, y para el coche que es gerundio. Poco más que añadir. ¿La recomendaría? Sin duda, y repetiría.

Una última foto conmemorativa para el recuerdo.

Vídeo llegada a meta Brigada Paracaidista (dos grupos):
http://www.corriendovoy.com/atletismo/126059/media-maraton-murcia-2015

Vídeo de nuestra llegada a meta:
http://www.corriendovoy.com/atletismo/126061/media-maraton-murcia-2015


Gracias por estar ahí.
De nada por estar aquí.

Salu2.

martes, 3 de marzo de 2015

XXII Media Maratón de Cartagena 2015

El pasado domingo 1 de marzo se celebró en Cartagena su tradicional Media Maratón (y simultáneamente también se celebraba un 11k), y allí que nos fuimos Mariajesús y servidor a plantar dos picas dosquinceñas.


La salida es a las 10, así que desde Albacete da tiempo siempre y cuando se puedan encasquetar a las crías en la casa de los abuelos la noche previa para que no se den el madrugón. A las 6 nos levantamos, desayuno, muñeco de barro y últimos preparativos. A las 7 saliendo de Harvard y a las 9 menos algo llegamos sin problema a la zona de salida, junto a las pistas de atletismo municipales, donde teníamos que recoger el dorsal y demás. Como la participación no era demasiada (851 llegados a meta en la media, y otros 418 en el 11k) y fundamentalmente locales, no tuvimos problema para aparcar a escasos 100 metros de la entrada a las pistas.


Recogida de dorsales, chips y bolsa de regalos con camiseta técnica (para las mujeres modelo exclusivo y ceñido), calcetines técnicos y braga conmemorativa, así como alguna barrita o algo similar, que no me acuerdo right now. Muñeco de barro. Dejamos las mochilas en el guardarropa, todo muy bien organizado, oiga, la verdad es que daba gusto. Eso sí, no me sonaba ni Harry, parecía que la carrera la estabamos corriendo en Marte. Únicamente vimos a los Santoro de Elche de la Sierra y luego, en carrera, a mi tocayo El Sombrilla y a algun@ del Club de Hellín.

En el centro de las pistas, lo que viene a ser el césped, por llamarlo de manera cariñosa ya que eran más bien unos cuantos hierbatos (en realidad no está demasiado cuidado porque aquí no se juega al fútbol como por ejemplo en las pistas de Hellín, sino que emplean el césped para lanzarle cosas tales como discos, jabalinas, pesos, martillos, etecé). Pues en ese césped, como iba diciendo, que se me va la olla, tenían varias carpas instaladas algunos clubes locales como el Mandarache (los que van de cuadros como nosotros, solo que blancos y granates) y el Maratón Cartagena, para que allí se congregaran y se dieran los últimos retoques de peluquería y demás. Allí acercóse Mariajesús para buscar a su primo hermano Julio Colmena Asensio, y vaya si lo encontró, y qué tío más majo. Tras los últimos preparativos nos acompañó a la salida, que era en una avenida cercana a las susodichas pistas.

Objetivo de carrera: que Mariajesús bajase de las 2 horas, cosa que nunca había conseguido. Por mis partes tomármelo como un rodaje largo un poco más exigente, en vistas (como sabéis ya) al Marathon de Paris del próximo 12 de abril aguas mil.

El recorrido está comprendido entre las categorías de llano y ultra-llano por cuanto a su orografía, entre las de poco-retorcido o nada-retorcido por cuanto a su relación entre giros y grandes avenidas, entre las de chulo y bastante-chulo por cuanto a las calles y barrios que atraviesa, entre las de soso y super-soso por cuanto a la gente que hay animando, entre las de ameno y bastante-ameno por cuanto a lo animado del resto de corredores, entre las de escaso y muy-escaso por cuanto al número de participantes femeninas, entre las de palote y muy-palote por cuanto a la calidad de las féminas, entre las de bien-organizado y muy-bien-organizado por cuanto a la presencia y cantidad de voluntarios y reparto de agua y esponjas, y entre las de corto o muy-corto por cuanto a la distancia teórica comparada con la registrada por los GPS's. Y luego estoy yo comprendido entre las categorías de medio-gilipollas y gilipollas-entero.

Dos vueltas prácticamente iguales con una pequeña diferencia en la salida, que era como he dicho en una avenida cercana a las pistas, y en la meta, que estaba situada en la línea de meta, valga la redundancia o rebundancia, de las pistas. En cada vuelta cruzabamos casi de extremo a extremo la Avenida de Alfonso XIII, agárramela que me crece, y también entera, de sur a norte ('cuesta arriba', muy suave) hasta ECI cartagenero, y luego en dirección contraria, la Alameda de San Antón, tócame un cojón, bordeando la Plaza de España y entrando en el eje peatonal y precioso formado por las calles del Carmen, Puertas de Murcia y Mayor hasta llegar al Ayuntamiento y la Plaza de los Héroes de Cavite, girando a la izquierda por la zona del Puerto, quicir, el Paseo de Alfonso XII, tu culo te destroce, pasando junto a la muralla, para después dar la vuelta en la Plaza de la Isla y enfilar por la calle Pez, bajo la muralla, la calle Gisbert y sus prolongaciones, pasando por la Iglesia de la Caridad, el Museo de Artillería, y luego después de unos giros y algunas calles más, volver a enfilar Alfonso XIII para volver a girar y subir hacia las pistas.


Personalmente salí a un ritmo soportable pero alegre. Miré muy poco el GPS para no obsesionarme con correr demasiado rápido (dadas las alturas del plan de entrenamiento en las que estoy) ni demasiado lento. Correr por sensaciones, como se suele decir. El paso por el km 10,5 lo hice según la organización en 50:51, llegando a meta en un tiempo neto de 1:40:46, que es mi segunda mejor marca personal de todos los tiempos, así que supercontento (posición 359 de 851 de la general, y 88 de 170 de veteranos-A, que aquí aún cuentan por edad y de momento sólo tengo 39, no como en el Circuito de Albacete que ya me han plantao la B). Después de recibir la correspondiente medalla de finisher deambulé, andé y anduve gilipollas un rato por la zona de meta, aproveché (o aprovechuve) para recoger la mochila y hacer un poco de tiempo y coger posiciones para hacer las fotos de la llegada de Mariajesús, móvil en mano y shooter bluetooth (en la otra mano).

Por fin la veo venir, y además de reojo veo que el crono de la meta va por 1:57 y pico, así que lo va a conseguir la tía, por fin, y eso que la ha corrido completamente sola de principio a fin.

Posando al estilo Nadal. Al final ella posición 701 de 851 de la general, y 6ª de 13 de veteranas-B.

Ya duchados, con el primaco. Corrió menos que nosotros, en concreto unos 18 minutos menos que yo y unos 35 menos que su prima... 1:22:51 netos, 38 de la general y 6º de veteranos-B, ahí es ná. Clasificaciones completas aquí.

Y no mucho más que añadir, en conclusión se puede decir que es una carrera muy bien organizada, donde como corredor te sientes muy bien tratado, un trazado bastante majo, poco público eso sí, pero en definitiva totalmente recomendable y susceptible de repetir. El año que viene anímersen.

Gracias por estar ahí.
De nada por estar aquí.

Salu2.
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