lunes, 20 de abril de 2015

Maratón de París 2015 (39a edición) - Marathon de Paris 2015 (39ème édition) - Paris Marathon 2015 (39th edition)

Mi maratón de París del 12 de abril de 2015 empezó casi un año antes. ¿Por qué tanto? Porque como ya sabréis las plazas para inscribirse en algunos maratones internacionales, como NY, Londres, Berlín, Chicago, Boston, Tokio, etc. se están poniendo imposibles y hay que confiar en la esperanza de que te toquen por sorteo o pasar por el aro de un tour-operador que te garantice el dorsal. Hace un año ya anunciaron que París se unía a ese método del sorteo, así que me apunté, y me tocó. Claro que le tocó a todo el mundo que conozco que se apuntase. Pero bueno, pensé que es un maratón que aunque no estaba entre mis favoritos para el futuro, sí que lo tendría que hacer algún día, así que me apunté pagando todos los extras de seguro de anulación, personalización de la medalla, pack de envío de SMS e incluso una camiseta para ir entrenando. En total, para los curiosos y amantes de los números, 154 €.


Poco a poco, lenta pero inexorablemente, fueron pasando los meses y llegado noviembre reservamos los vuelos y la estancia. Finalmente decidimos ir la familia al completo, con las niñas, e incluso les animamos a mis suegros a que se vinieran. Reservamos un apartamento cerca del Arco del Triunfo (es decir, de la salida y de la meta) para una semana completa, yendo el domingo previo, día 5 (domingo de resurrección) y volviendo justo la tarde del domingo 12, el día del maratón.

Pasaron más días, semanas, meses, y a partir de mediados de enero empecé con la preparación. "Empezamos", debería decir, porque empieza a prepararse toda tu familia y tus amigos con su apoyo, sin el cual esto es radicalmente imposible. Elegí un plan bastante más suave del que usé en los dos últimos maratones: Valencia 2011, en el que el plan me fue bien, y Roma 2014, en el que el plan también me fue bien, pero en el que entendí o creí entender que una parte muy importante de cómo te salga la carrera depende en la alimentación y descanso de los últimos días. Así que elegí un plan que pulula por internet llamado 4x4x4 (4 días por semana, 4 meses, para hacer 4 horas). Las primeras semanas ni venían en el plan por ser demasiado suaves, yo empecé ya en la 5 ó 6, coincidiendo con la Media de Santa Pola en la que hice un tiempo estratosférico (para tratarse de mi persona, se entiende).

He de mencionar aquí a mi principal compañero de entrenamientos, JuanRa, que el mismo día 12 de abril iba al Maratón de Viena (él ya hizo París en 2013), con el que salí todos los fines de semana a las tiradas largas y semi-largas, así como alguna que otra carrera por esas tierras que parece que estén ahí para que las pateemos. También nos hicimos mutuamente muy buen apaño, mientras él se preparaba el Maratón de Sevilla, con mi compañero del Dosquince Dani Mínguez, con quien salí varias veces los martes y los jueves. Y también recuerdo gratamente aquel jueves en que me tocaban 27 km y quedé en el Parque Lineal con Loren y Victoria para que me acompañasen un buen puñado de km. Y por supuesto al resto del Comando Behobia, que aunque han estado lesionados durante toda nuestra preparación, siempre han proporcionado el apoyo moral imprescindible. Y gracias a todos los demás también, vosotros ya sabéis quiénes sois.

Y por fin llegó la Semana Santa en la que hubo que preparar todo el viaje. Fuimos muy metódicos y preparamos varias listas con mucha antelación. En lo relativo al equipamiento y drogas varias llevé de todo de sobra, y aquí tengo que agradecer de nuevo a Victoria que me prestase de sus geles aquel sábado de la carrera de Minaya que Filípides cerró por la mañana dejándome sin poder comprar este producto.

Perdido ya el miedo a los viajes en aerolíneas low cost, a pesar del susto de Germanwings unos días antes, el vuelo se dió de maravilla. El traslado al apartamento y la recepción en el mismo, todo perfecto. De la semana que pasamos en París os cuento poco. Vimos casi todo si pegarnos grandísimas palizas.

Junto al obelisco egipcio (auténtico de Ramsés II, traído del templo de Luxor) de la Plaza de la Concordia

Hotel de Ville (banderitas de Túnez por todos lados por solidaridad con los atentados del Museo Bardo)

Notre Dame

Junto a la Place du Chatelet.

Los primeros días acusé unas agujetas gemelares impresionantes, no sé por qué, que solucioné llevando a todas partes las pantorrilleras de compresión puestas. También eran los días de la descarga de hidratos que pudo influir y dar esos dolores como síntomas. Pudimos salir un par de tardes María Jesús y yo a soltar piernas, con buenas sensaciones. El miércoles por la noche empezó la gran ingesta de hidratos, tanto en alimentos (pasta, pizza, rissoto, pasta, más pasta, más pasta aún, arroz con leche, un bizcocho energético...) como en concentrados bebibles de maltodextrina. El viernes por la tarde regresamos pronto a casa, el sábado por la mañana paseo ligero y el sábado por la tarde ni salí de casa dedicándome a la alquimia para el día siguiente y a descansar.

Entrenando coincidimos con un grupo de corredores, por casualidad.

A los chinos se ve que les hacen mucha gracia las niñas occidentales. Frente al Louvre.

La expedición al completo. Lo que no me acuerdo es del sitio donde sacamos la foto.

Ola ke ase, Osorkon I ?

Estoy pensando que... ¿se me dará bien la maratón?

Aprovechando para hacer un selfie con el palo y mando bluetooth,
justo en los 10 minutos que la Torre brilla de una manera especial.

Cabezón frente a la impresionante iglesia de Saint Eustache.

Este sitio no recuerdo cómo se llamaba.

En el Sacre-Coeur.

Jardines del Palais Royal.

El viernes por la mañana fuimos a recoger los dorsales a la feria del corredor, a.k.a. Le Salon du Running. Había mucha gente pero sin agobios. El recinto es espectacular, de grande. Por un lado estaba la zona de recogida de dorsales previa entrega del certificado médico, después la zona de entrega de la bolsa (minimalista), luego una zona de exposición de marcas de ropa, donde se podía comprar, una zona de marcas de nutrición deportiva, donde también se podía comprar (con lo que daban a probar salimos almorzaos), y por último una zona de publicidad de otras carreras tanto francesas como internacionales (españolas recuerdo únicamente las maratones de Valencia y Barcelona).



Nuestro cajón era el lila púrpura, que para "lila" ya estás tú (3:45) aunque la idea era acabar entre estos dos cronos.

La idea era que, aprovechando el dorsal de mi hermano Andrés que no corría, María Jesús se viniese conmigo al cajón de salida para hacerme compañía y llevarse mi posible ropa, y luego me esperase cerca de la Torre Eiffel, en torno al km 29, para acompañarme en el tramo final y decisivo de la carrera (gracias aquí para el Presi-Largo-Keniata Antonio M.P. por indicarme que justo en frente de la Torre habría una zona de fisioterapia de urgencia y que era mejor quedar unos cientos de metros antes o después).

¡¡Alberto Bekele!!

La de rayas del fondo creo que no corría la maratón.


Algunos datos: unos 40.000 inscritos, 58% de los cuales franceses, resto extranjeros. De esos 16.500 extranjeros, aprox., los más numerosos vienen de USA, unos 2.400, después de UK, unos 1.800, seguidos de los italianos, unos 1.250, y de los españoles, unos 1.150. Curioso que haya más españoles e italianos, que en teoría somos más 'pobres', que alemanes (unos 950), que encima están bastante más cerca.

Este muñeco de la maratón de Oporto (el de la derecha, cabrones) lleva una persona dentro:
sin duda se le puede incluir en el documental Dirty Jobs.

Bueno, pues la crónica de la carrera en sí aún no ha empezado y seguro que ya estáis hasta los webos de leer, ¿eh?. Yo tranquilo, que el otro día leí una crónica de Rotterdam que era aún peor.

Llega el día decisivo. Diana a las 7, desayuno, muñeco de barro y a vestirse de torero. Todo bien preparado y controlado desde la noche anterior. Última recarga al GPS que últimamente tiene la batería regulín. El micro-cubo para las fotografías y vídeos está listo (aunque aún no he probado en situación real el nuevo bolsillete en el que lo voy a llevar). Salimos de casa pasadas las 8. La mañana es fresca pero no fría. Parece que ha llovido algo puesto que las calles están mojadas. El cielo está azul completamente, como toda la semana. Nada de viento: día meteorológicamente casi-perfecto para correr.

Junto al Arco del Triunfo hay ya muchos corredores calentando y esperando a compañeros, y algunas de las 12 avenidas que allí confluyen están ya cortadas al tráfico. Vamos a la de los Campos Elíseos y bajamos despacio saboreando el momento y el ambiente. Caminamos unos metros hasta la llegada a nuestro cajón, que lo cierran a las 9:00 (hora prevista de salida de este cajón de 3:45, las 9:15, media hora más tarde que la élite). Como María Jesús también lleva dorsal, la dejan entrar, aunque luego se saldrá. Al principio no hay mucha gente dentro, pero poco a poco se va llenando. Hay un puñado de cabinas de WC (fundamentalmente para las mujeres y por si algún tío se está cagando) y también varios urinarios masculinos, del tipo 4 en 1, para echar un chorrito de pie. Pero hay colas largas porque son muy insuficientes en cuanto a número (especialmente los de cabina).

Aquí una foto que nos echó un español con acento valenciano-catalán.

Peazo selfie. Al fondo el Arco del Triunfo (algo siempre incierto en una maratón).
El micro-cubo empieza a echar humo (figuradamente). Click para ampliar.

Otro más, que no piden pan. Ojo adoquines, recuerdos de Roma.

Bueno, pues echada una última meada y llegada la hora, nos despedimos efusivamente, muchos besos, y mi esposa se va a terminar de preparar la maleta y me quedo solo a pocos minutos de iniciarse la salida del cajón asignado. Estoy bastante tranquilo, he dormido bastante bien, he descansado el día previo, creo que me he alimentado correctamente, y además me he tomado complementos de hidratos en forma de maltodextrina durante tres días enteros. Todo debe salir bien, pero una maratón... nunca se sabe.

Me entretengo en hacer alguna foto más. Al fondo el Arco del Triunfo.

Aprovecho el momento para tomarme el primero de los mejunjes o pócimas del día, made in Alberto por supuesto. Consta de: 15 cucharadas de maltodextrina, 1 paracetamol de 1 gramo, 1 Fortasec, y un vial de 'energía para 5 horas', todo ello regado por medio litro de agua del grifo. Amargo de cojones, imagino que por el puto Fortasec, pero la cuestión es no irse por la patilla en el Bois de Vincennes, y no patentar un sabor delicioso.

Imagen parecida, después de abrirse el cajón y caminar unos metros (ver torre con animadores a la izquierda).

Cara de capullo concentración.

¡¡Uy, esta de un culo se me ha escapado!! Bueno, ya que está aquí, la dejo, je je je
(aprovecho para decir que había un 25% de mujeres aprox., según datos de la organización)

Otra foto del ambiente en el cajón, mirando hacia atrás
(hacia adelante daba el sol de frente y salieron las fotos regulín).


Bueno, pues después se vuelve a bifurcar el cajón en dos, aunque por suerte me quedé en el que salió en segundo lugar, puesto que había olvidado poner en marcha el GPS. En los últimos instantes se queda vacío el sub-cajón y algunos aprovechan para saltar la valla divisoria para echar una última meada. Dudo, pero aunque un chorro sí hubiera echado, creo que puedo aguantarme unos cuantos km.


Trotando por los Campos Elíseos, un lujo, oiga.
Mucha anchura y bien dosificados los cajones, no hubo agobio ninguno.


Al paso por el km 1 y pico, paso por la Plaza de la Concordia. ¡¡Fotaca!!

El recorrido de esta maratón puede describirse básicamente así: se sale desde los Campos Elíseos, una de las avenidas que concurren en el Arco del Triunfo, a.k.a. Plaza de Charles de Gaulle, a.k.a. Etoile ('estrella' en francés). Dicha plaza está, como sabréis los que hayáis estado en París, y los más culturetas también, en la zona más bien Oeste de París (a la izquierda del mapa), pues bien, desde ahí se va hacia el Este de la ciudad, de modo más o menos paralelo al río (el Sena), hasta llegar a tomar por culo de lejos, a.k.a. donde Cristo perdió el mechero, a.k.a. el Bois de Vincennes. Allí se da un buen paseo, dando poco a poco la vuelta y volviendo a enfilar hacia París, pasando aún más cerca del río (el Sena) pero en dirección contraria, hasta llegar a el quinto coño, a.k.a. donde Cristo perdió el gorro, a.k.a. el Bois de Boulogne, donde se da otro buen paseo, y del que se sale por una de sus puertas que va a parar justamente a la Avenida Foch (en honor del General Ferdinand Foch, que hizo campaña en la I Guerra Mundial), que además de ser la calle más ancha de París resulta que es otra de las que confluyen en el Arco del Triunfo, a.k.a. Plaza de Charles de Gaulle, a.k.a. Etoile ('estrella' en francés), con lo que prácticamente vuelves al punto de partida.

Lo dicho.

Esto es la Rue de Rivoli, km 2 al 4 más o menos. El edificio que se ve a la izquierda de la imagen no es otro que el museo del Louvre. Aquí no había mucho público, pero llegó un punto donde la presencia era constante, sonora, ilusionante y abundante.

Esta la hice un poco más adelante (de hecho, el tío de gris y barbas que llevo al lado, sale también en la foto anterior). El edificio es el Louvre, la fachada trasera.

El Hotel de Ville. Calculo que aún no habíamos llegado ni al km 4.

Banderas españolas.


La Plaza de la Bastilla, exactamente en el km 5.

El primer avituallamiento fue en la Bastilla, con botellines de agua de 33 cl. Un tanto caótico pero, con prudencia, superado sin problemas. Cometí la pardillada de pillar el botellín sin tapón, aunque a pesar de eso lo mantuve casi sin derramarlo y me lo bebí casi entero.


El ritmo era más o menos el previsto y me encontraba bastante bien de ánimos y con nulo cansancio y dolor. También me iba entreteniendo bastante el tema del micro-cubo, y el rollo de ir sacándomelo y metiéndomelo en el bolsillo (no en el ojete, cabrones) y de ir pensando dónde hacer foto y dónde hacer vídeo me distrajo bastante y ayudó a no entrar en la monotonía.

Estos son los fotógrafos oficiales. Detrás del de la izquierda hay un tío subido a una banqueta, megáfono en mano, avisando a los corredores para que se pusieran guapos.

Je, je, je, la misma foto desde otra perspectiva.

En el km 9 se entraba de pleno en el Bois de Vincennes. Los primeros dos km o así son junto al zoo de París. Luego se pasa por el castillo sobre el km 13 y luego un amplio rodeo hasta salir por la zona de una especie de parque de atraciones. Íbamos todos un tanto callados. Los franceses no hablaban entre ellos y los extranjeros tampoco.


Hasta allá por el 12 ó 13 no identifiqué a los primeros españoles, un tío y una tía andaluces que me llamaban quillo (dice San Google que eso es de Barbate, mientras que pisha es de Cádiz y miarma de Sevilla). Nos deseamos suerte, les dejo atrás y seguimos.

Que lleve este careto no quiere decir nada especial.
La verdad es que me encontraba bastante bien.

Foto de la misma zona, pero realizada en sentido contrario.
Al fondo ya se aprecia levemente el Castillo.
En primer plano a la derecha, bonito culo.

Este bosque de Vincennes (en francés: Bois de Vincennes) es conocido entre otras cosas por la prostitución y también por el Castillo de Vincennes (en francés: château de Vincennes). Pero cualquier fan del hard rock de mi generación también lo recordará por un concierto que televisaron allá por nuestros años mozos (en Antena 3, si mal no recuerdo). Me refiero al concierto que dieron los Guns 'n Roses el día 6 de junio de 1992 en el Hipódromo de Vincennes, que se encuentra en el interior del bosque / parque (para que os hagáis una idea del tamaño que tiene). Aquel concierto épico duró casi dos horas y media, empezando de día y acabando de noche. Al pertenecer a la gira Use Your Illusion Tour, ya no contaban ni con Izzy Stradlin' ni con Steven Adler, hechos lamentables, pero contaron con tres invitados de excepción durante el show. Por un lado Lenny Kravitz apareció para tocar uno de sus temas, y después Steven Tyler y Joe Perry de Aerosmith se unieron para hacer otro par de canciones. Épico, grandioso, un conciertazo. Afortunadamente hoy en día lo podemos ver íntegro y con una calidad relativamente buena en YouTube (os lo dejo abajo). Pero a mí lo que más me llamó la atención de este concierto es la dedicatoria que hizo Axl Rose a nada menos que Warren Beatty del tema Double Talkin' Jive, que aparece en el minuto 28:11 y siguientes (por los motivos que se explican en google si buscáis un poco), y que os transcribo:

"I'd like to dedicate this next song to a man who likes to play games. A man that lives his life playing games, pre-meditated games. A man that's so empty that's all he can do: play fucking games. A man who's a parasite. A man who lives his life by sucking off other people's life force and their energy. An old man who likes to live vicariously through young people and suck up all their life cause he has none of his own. I'd like to dedicate this song to a cheap punk named Warren Beatty. A man who has a family and a baby but he's got to spend his time fucking around with other people cause he doesn't know what to do with his own life. A man who uses you, uses the media, and uses everybody, to fufill his fucking parasetic needs. Well listen, homefuck! If you think Madonna kicked your ass I'm betting my money on Annette, you stupid fucking asshole. This is a song called Double Talkin' Jive Motherfucker!"

("Me gustaría dedicar esta siguiente canción a un hombre a quien le gusta jugar juegos. Un hombre que vive su vida jugando juegos, juegos premeditados. Un hombre que está tan vacío que eso es todo lo que puede hacer: jugar putos juegos. Un hombre que es un parásito. Un hombre que vive su vida absorbiendo fuerza vital de otras personas y su energía. Un anciano al que le gusta vivir a través de los jóvenes y absorber toda su vida porque él no tiene ninguna. Quisiera dedicar esta canción a un 'punk barato' llamado Warren Beatty. Un hombre que tiene una familia y un bebé, pero que tiene que pasar el tiempo jodiendo a otras personas porque no sabe qué hacer con su propia vida. Un hombre te utiliza a tí, que utiliza los medios de comunicación, y utiliza a todo el mundo, para realizar sus parásitarias putas necesidades. ¡Pues escucha, 'homefuck'! Si piensas que Madonna te dio una patada en el culo, apuesto mi dinero a (que te hará lo mismo) Annette (Benning), estúpido puto gilipollas. ¡Esta es una canción que se llama Double Talkin' Jive, hijo de puta!").


Y después de esta lección de Geografía e Historia, sigo con el relato: había mirado tantísimas veces el plano de la carrera que podría hacerme de memoria un tatuaje de él en el capullo que sabía exactamente dónde estaba. El Castillo está en el punto más al norte de la zona que se corre por el interior del parque, así que pronto giramos a la derecha por una larga avenida (avenida interior del parque, se entiende), al fondo de la cual se giraba otra vez a la derecha y se empezaba a bordear el hipódromo.

Lamentablemente el château estaba en obras de restauración, pero al fondo se aprecia la torre principal, la más bonita. Y en primer plano un notas haciendo el gilipollas.

Otra foto un poco más adelante. Como véis había algo de público.


En la zona más al sur del parque se corría por una avenida en la que a la izquierda ya había casas, un barrio aparentemente muy pijo y con bastante público. Sorprendentemente por esta zona nos encontramos con alguna cuesta hacia abajo, suave pero hacia abajo. Y es que en el cómputo general de la maratón, subjetivamente os digo que recuerdo muchas más cuestas, siempre suaves, hacia abajo que hacia arriba arriba.

Esta foto corresponde a esa zona, entre el 16 y el 18 calculo.

Al paso por el km 17 me acuerdo de mi amigo Ramón, con quien quedé en que ese km 17 era "su kilómetro". Ahí va el vídeo, Ramón, para que veas que me acordé:


En el km 18 me tomo el segundo gel, puesto que la estrategia era: pócima especial justo antes de salir, luego el primer gel en el km 10 y luego cada 8 km, es decir, km 18 y km 26, después de eso segunda pócima especial que me llevaría María Jesús al km 29-30, y a partir de ahí improvisar, para lo cual llevaba otros 3 geles más y 2 ampollas de glucosa, y siempre podría tirar también de los plátanos de la organización incluso metérmelos por el culo llegado el caso.

Sobre el 19 se salía por fin del Bois de Vincennes (10 km dentro, no está mal) y se enfilaban un par de calles que iban acercándonos otra vez al centro de la ciudad. Sorprendentemente a la salida del parque había mucha gente animando. No distinguí a ningún español corriendo más desde aquellos de Barbate; bueno, si acaso sí ví algún adorno de alguna camiseta con los colores de la bandera catalana, pero pensé que bien podría tratarse también de alguna bandera de alguna región de Francia o Italia (en cuyo caso que le dieran por culo al portardor) en vez de ser de Cataluña o Valencia (en cuyo caso que le dieran por culo, también, al portardor).

Le podría andar mirando la hora a todas las fotos para ver exactamente el km exacto al que corresponden pero, ¿para qué? Concretamente esta debe ser cerca del km 20.

Sigo avanzando a buen ritmo y con buenísimas sensaciones. La mañana, como véis por las fotos, era radiante, un poco soleada de más sobre todo para la poca sombra que había, pero ligeramente fresca. El ambiente acompañaba, desde luego. Los km se sucedían con comodidad. Personalmente, por poner algún incoveniente, se me hizo incómodo el tema de acarrear con los botellines de agua, sobre todo cuando, a la vez, tenía que sacar del bolsillo el micro-cubo, pero bueno, esto son cosas mías. Por eso procuraba, ya que por suerte me iba entrando bien, beber el agua pronto según me daban el botellín, tirarme un poco por la cabeza para refrescar la almendra, y a tomar por culo.


Los avituallamientos están sólo a un lado, pero son suficientemente grandes, largos, para que te de tiempo a pillar. También empiezan a poner medios plátanos y cuartos de naranja (no cogí nada, salvo agua, en toda la carrera). Llega casi sin darme cuenta la media maratón, o como dicen por aquí, la Semi Marathon.


Un poco más adelante se vuelve a pasar por la Plaza de la Bastilla, un poco antes del km 23. Aprovecho para hacer más fotos ya que el ambiente es tremendo. Como véis en las fotos y vídeos había muchas corredoras, y algunas de muy buen ver, una suerte para los sentidos entre tanta fatiga. En concreto había una muchacha del North Brooklin Runners con un estilazo que no veas (finalmente creo que le eché la delantera y no la volví a ver) y una rusa del Russia World Class con menos estilo pero con buena zancada (le perdí la pista un montón de km pero en el 30 la adelanté cuando ella iba ya andando).

Fotaza en la Plaza de la Bastilla.


Desde la Bastilla se gira en paralelo al gran embarcadero artificial que hay, que sale en perpendicular al río y que no tiene corriente, hasta llegar al Sena que tardaremos un buen trecho en abandonar. Durante el primer tramo veo a otro supuesto español, vistiendo una camiseta de la Behobia - San Sebastián 2014, es decir, como la que llevo yo en las fotos que he puesto del Salon du Running. Digo 'supuesto español' porque bien podría ser francés o de cualquiera de las muchas nacionalidades que se dan cita en esa prueba. Pero sí, es español. Comento con él unas frases, me dice que le está pesando un poco el calor. Nos deseamos suerte, le dejo atrás y seguimos.

Pasado el km 24 nos bajan desde el nivel del tráfico normal de los coches a una especie de paseo marítimo ¡¡será paseo fluvial entonces, capullo!! desde el cual se va viendo Notre Dame y los bateau-bus que surcan las aguas del Sena. Otra cosa que no he dicho se mantiene también aquí: por lo menos en cada km hay una banda tocando, unas batukadas, otras bandas tradicionales, otras rock, otras gaitas, y así durante toda la maratón.

Al pasar los puentes hacíamos como el río, pasar nosotros por debajo en lugar de estar encima como los espectadores, eso sí, por el ojo más cercano a la orilla.

- ¿Qué haces?
- Pues nada, aquí corriendo una maratón junto a Notre Dame.

¿Y tú qué miras? ¿A que te meto?

Todo lo que es la longitud de lo que viene a ser el Louvre, que es bastante, y un poco más del Jardín de las Tullerías, unos 900 metros en total, nos metieron por un enorme túnel. Por un lado se agradeció la sombra, pero por otro hacía bochorno dentro. Allí pasé el km 26 y la milla 16, me tomé otro gel y tomé las fotos y vídeo que os pongo:





Después se sale subiendo ya al nivel de la calle normal, un poco antes de la Concordia. Le echo el último vistazo al obelisco egipcio con su bem-bem brillante y dorado, reluciente hoy, en la cúspide, y entramos en otro túnel, más corto. Otro tramo fuera desde el que se aprecia que la Torre está ya relativamente cerca. Aquí reconozo, por la camiseta, a dos corredores de Don Benito, Badajoz, con los que charlo un poco. Dicen que van bien, que van esperándose un poco por unos amigos que vienen detrás. Yo les digo (y os digo ahora a vosotros, queridos lectores) que voy bastante bien. Nos deseamos suerte, les dejo atrás y seguimos.


El km 29 llega y falta poquísimo para el encuentro con mi esposa. Espero que no se haya aburrido mucho y me haya traído mi pócima. Espero que me haga buena compañía y que no me vea hundirme, porque ahora empiezan los kilómetros verdaderamente cruciales, ahora empieza la maratón.


Desde hace un buen rato llevo dolores sobre todo en las caderas aunque afortunadamente las lumbares las llevo bien, que suele ser uno de mis puntos débiles. Pero a partir de aquí, a pesar de los muchos km y el sufrimiento, se me hizo mucho más llevadero todo. El ir en su compañía me facilitó la existencia. Primero me llevó la pócima (que consistía en: 15 cucharadas de maltodextrina, 1 paracetamol de 1 gramo, medio plátano y un vial de 'energía para ¿2? horas', todo ello regado por medio litro de agua del grifo). Luego se acercó ella a por el agua y me la llevó. Cuando había algún estrechamiento me dejaba pasar a mí para que no cambiase el ritmo y luego ella aceleraba para volver a alcanzarme. Haciendo esto hasta el final, ya lo tenía chupado, pero aún había que hacerlo.

Fotaca.

Pasando por el km 30, en 2:41:50.

Seguimos avanzando junto al río y cuando estamos a punto de desviarnos vemos a la izquierda, en esa isla tan alargada que hay, la réplica de la Estatua de la Libertad (varias veces en París y creía que me iba otra vez sin verla), hecho que me hizo pensar en la maratón de NYC. Luego un par de km de transición por unas calles que no aportan nada, hasta llegar a la zona del 33-34 que se pasa por detrás, y luego, después de girar casi 180º, por delante, de las instalaciones de Roland Garros. Allí me acordé de nuevo del Presi Keniata, Antonio Molina.

Esto es por detrás, las vallas que se ven a la izquierda son las pistas pequeñas sin gradas.

Ídem que la anterior.


Esto es ya después del giro de 180º, por la parte de la puerta principal del recinto.
Ojo, km 34 y con buena cara.

Y esta es una de las últimas fotos antes de llegar a meta.
Aquí se me ve con la botella de la pócima rosada.

Tras pasar Roland Garros giramos a la izquierda, hacia el norte, dejando la ciudad propiamente dicha a la derecha y el Bois de Boulogne a la izquierda, aunque pronto nos adentraremos. Aquí decido no hacer ya más fotos ni vídeos, por un lado porque no sé si la batería del micro-cubo va a ser suficiente y lo que sí quiero grabar es el paso por meta y hacer fotos después. Por otro lado es una zona bastante insulsa que no aporta mucho. En esta calle vemos a algún español más, y es que ya se nos identifica mejor al ir dos, y sobre todo por ir ella con la bandera de España en la cintura. Nos saludan un supuesto matrimonio de ingleses o estadounidenses que llevan una camiseta de finishers de un ultramaratón de 50 km. También una muchacha de Tarragona que va andando o trotando muy despacio (como muchos a estas alturas del recorrido).

Me he acabado la pócima y María Jesús lleva ya agua para pasar el mejunje. El paracetamol empieza a camuflarme los dolores y a bajarme la temperatura corporal, y el resto de ingredientes me aportan algo más de energía para afrontar lo que queda. Tras pasar el 36 entramos de lleno en el parque-bosque, que paradójicamente está muy animado de espectadores y de bandas musicales, que si antes estaban cada km, ahora están cada 500 metros, incluso a veces desde donde está una ya se oye la siguiente. Hay mucho público, alguna bandera de España que nos saluda y aplaude. ¡¡Joder y es que me encuentro bastante bien!! En un calculillo mental preveo que vamos a llegar en 3:48 más o menos, con lo que mi mejor marca de 3:49:49 puede caer. Cuando se lo digo a María Jesús me dice: "Tú lo que tienes que hacer es ir callado y concentrado en la carrera, ya si eso hablo yo.", a lo que le contesto como Goyo Jiménez en los monólogos: "Pues si tengo que hacer récord, no lo digo: lo hago.", y me pongo a correr.

En una zona corta con empedrado nos saludan dos tíos españoles, creo que valencianos, que iban de verde, y seguimos y nos vuelven a adelantar el matrimonio de los 50 km, que se ve que los habíamos dejado atrás... vemos ya el 39 y pienso que es buen momento para un último gel. Me lo ventilo en un santiamén y de que nos queremos dar cuenta estamos junto al 40, penúltimo giro dentro del parque al ritmo de The Offspring y enfilamos hasta el 41. Allí hay un giro a la izquierda (¿he dicho ya que me sabía al dedillo el recorrido y que me lo podría tatuar de memoria, por ejemplo, en el capu**o?), el último de la carrera, desde ahí sólo queda una gran recta únicamente interrumpida por la gran rotonda de la que allí llaman Porte Dauphine, el extremo de este lado de la Avenida Foch (where the Foch is the finish line?), porque el extremo del otro lado de esta avenida es... ¡¡el puto Arco del Triunfo!!

Durante unos pocos cientos de metros no se acierta a ver el final del, a estas alturas, Puto Bosque De Los Cojones, voy muy justo, lo he dado todo pero me quedan fuerzas para acabar, y vaya si lo voy a hacer. Este es el vídeo:


Y como al micro-cubo le quedaban también fuerzas, unas cuantas fotos de propina:

Misión cumplida: 3 horas, 49 minutos y 27segundos.

Siiii !!!!

Recibiendo la medalla.





La gregaria de lujo también merece una medalla, claro que sí.



Unas estadísticas del GPS, pero retocadas con el SportTracks de manera que el recorrido fuera dividido en 42 tramos idénticos con la condición de que la última marca quedase justamente donde estaba físicamente el km 42, a 195 metros de la línea de meta (es decir, corregido el error del GPS):


Durante estos últimos días he estado pensando mucho en qué poner a modo de epílogo, querido lector. Tanto tiempo esperando a que esto pasara, y ahora no tengo nada que decirte, muy poco que aportarte. Pensaba que cuando entrase en la meta iba a ponerme a llorar como una magdalena, por lo dura que resulta siempre la preparación de una maratón y el peso tan terrible que se quita uno de encima cuando acaba contento y cree que le ha salido bien. Pero me relajé tanto durante la carrera, corrí tan a gusto y tan entretenido que ninguno de los malos rollos que tuve durante el entrenamiento vino a perturbarme durante la carrera, es más, creo que se han ido para no volver, cosas que ya he aceptado como son, porque así es como tienen que ser.

Otras conclusiones que he sacado han sido que, por lo menos para mí, es fundamental poder tener un lugar adecuado para prepararte la comida y pócimas necesarias, y descansar los dias anteriores. En el caso concreto de este viaje el apartamento que alquilamos era igual que una casa y, comparándolo con el hotel de Roma el año pasado, no había color en cuanto a este imprescindible descanso y relax previo. Por eso pienso en esas maratones que me gustaría hacer y en las que es muy difícil ir sin tour-operador, y me echan para atrás. Aparte del dinero, ir como un borrego y estar encerrado en una habitación de hotel en Londres, Berlín o NYC, me echa para atrás. Seguiremos echando las loterías y mientras tanto... hay más ciudades europeas relativamente cercanas y atractivas como para que merezca la pena ir a correr una maratón, ¿no creéis?

Próxima gran aventura...
YA APUNTADOS AL

Y dicho todo esto ya solo me queda que gritéis conmigo...
"HAIL TO THE KING !!!!
HAIL !!... HAIL !!... HAIL !!


Gracias por estar ahí.
De nada por estar aquí.

Salu2.

2 comentarios:

  1. Se puede recoger el dorsal de otra persona? Que piden. Es que como pone que su hermano no corrio. Yo tengo la posibilidas de que me cedan el dorsal de otro compañero la duda es si podre recogerlo o tendre algun problema. Gracias espero suayuda un saludo y pedaso de cronica

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    Respuestas
    1. Si, si, se puede recoger. Te piden el reconocimiento médico (a nombre de tu compañero) y una autorización firmada por él, junto con una copia de un documento identificativo (pasaporte o similar), en el que se te autorice a tí a recoger su dorsal. También hace falta tu identificación para que comprueben que eres tú realmente el autorizado.

      Pero tienes que tener en cuenta que la organización del maratón no permite cambios de titularidad en el dorsal, es decir, que si te cede tu compañero el dorsal tú de eso a la organización no le debes decir nada. Correrás tú, con su dorsal, pero el que figurará en las clasificaciones y todo lo demás será él.

      Esto puede ser importante de cara a si tienes cualquier problema médico, puesto que no irás cubierto por el seguro de la organización e incluso podrían reclamarte responsabilidades (ya ha ocurrido en algunas carreras así que, si te encuentras mal, mejor que te retires, destruyas el dorsal, y digas a los médicos, si te hacen falta, que ibas corriendo tranquilamente por París, sin tener nada que ver con el maratón, y que te has encontrado mal).

      Espero que te haya servido de ayuda.

      Salu2.

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