Como sabéis, queridos lectores, hace meses me propuse un objetivo para esta primavera. Humilde, serio, alcanzable y que supusiera la ruptura de una barrera psicológica: bajar de 5 min/km en la Media Maratón de Albacete (en adelante, MMA), o lo que es lo mismo, bajar de 1:45:29 y, ya puestos, bajar de 1:44:59.
La manera de lograrlo no ha sido nada del otro jueves. En cuanto a entrenamientos y otras consideraciones previas: bajar hasta los 70 kg de peso (menos que cuando participé en los Mapoma 2008 y 2010), alguna tirada larga más de lo habitual por estas fechas, algún entrenamiento de 10 a 15 km a ritmo de competición y mucho hablar de la carrera con los amigos y compañeros del Dosquince.
El día de la carrera era clave la adecuada estrategia a seguir, dadas las sensaciones en el entrenamiento de 14500 m a ritmo de competición que hice 15 días antes: no se podían hacer grandes alardes. Como ya comenté en este mi Gran Blog, lo primero era salir bien. Para ello nos colocamos, Luis y servidor, a la altura de la patata de 1:30. Sólo perdimos 15 segundos con respecto al pistoletazo de la alcaldesa, y a pesar del parón de la primera curva a izquierdas, el primer km salió a 4:45 y el siguiente a 4:28. A partir de ahí empezamos a intentar marcar el ritmo prefijado, 4:56 min/km según nuestros GPS, pensando en que estos iban a marcar en total unos 21300 m.
Primeros compases, y ya llevo cara de |
[NOTA: para los fanáticos del GPS, entre los que me incluyo, diré que no es culpa de la organización de ninguna carrera, ni de los jueces que efectúan la medición en las carreras homologadas por la RFEA, que los aparatitos que llevemos en la muñeca tengan un margen de error considerable. No hay más que ver la superposición de los recorridos registrados sobre las fotos de Gúguel Erz, y no me digáis que vais atravesando edificios como aparentemente nos dice nuestro querido adminículo satelital. En mi caso mi ‘peluco’ me ha medido 21370 m que suponen un error de únicamente el 1’29% con respecto a la distancia oficial, lo cual no está nada mal si tenemos en cuenta que es un receptor del tamaño de un reloj y con una antena diminuta. Así que, llorones, no quiero volver a oir eso de “la carrera está mal medida, mi GPS marca chorricientos metros más” porque el que mide mal es el GPS.]
Para muestra, mirad mi 'supuesto' paso por el Molino de la Feria. |
Después de la primera mini vuelta al Parque, ya ibamos muy bien acompañados por Juan Perdigón y Pedro León, quienes iban sobrados para nuestro ritmo. La concentración era grande y yo trataba de no perder la cadencia y en trazar la trayectoria más corta posible sin pisar ningún bordillo ni acera. A la altura de la Fábrica de Harinas llevábamos una ventaja de minuto y medio con respecto a los 5 min/km, relativos al paso por un cartel (creo que era el km 7 u 8) de la organización. Eso me dio muy buena espina.
Antes de llegar al Parque otra vez ya avisé que no estaba yo para muchas florituras. Había que seguir a ese ritmo, aunque ibamos un poco por debajo de lo normal, pero nada que no pudiera compensarse con los segundos ganados en la salida y un posible esprint final. Haciendo cuentas que iba yo, vamos. Me zampo una ampolla de glucosa que diluyo con un botellín de agua de los que daban en la Punta del Parque.
En la Calle Ancha ya Luis y yo les tuvimos que decir a Juan y Pedro que tirasen ‘palante’, porque nos iban haciendo la goma y no se iban haciendo ningún bien esperándonos.
Veros ya palante tomarporculo, coño, que podís. |
Ignoro por qué la gente sube la cuesta del Puente de Madera por su margen izquierda, si hay un leve giro a derechas en el que se recortan unos metros si se sube escorando ligeramente hacia ese lado. Cosas de los flujos de grandes masas de personas, supongo. Nosotros a lo nuestro, recortando legalmente cada esquina. Se ve que me iba haciendo efecto la glucosa, y no porque empezara a correr como un gamo, sino porque conseguía mantener el ritmo sin hundirme.
Al pasar por la Avenida de la Estación y cruzarnos con los que vienen tras nosotros vemos que la patata del 1:45, portada por Manolo García, así como Cosme y otros 3 del C.A. Chinchilla, vienen a poco menos de 100 m. Buena señal: si nos hundimos tenemos dos barcos a los que echar el ancla. La carrera continúa y empieza hacer más calor del deseable, aunque insuficiente para que hubiera servido de excusa. No hacía mala mañana.
Inconmensurable Manolo. Claro, que él baja de 1:25 como yo me rasco la nariz. Pero eso no quita mérito, sino más bien todo lo contrario, al hecho de que clavase literalmente la marca que prometía. |
Pasamos la zona más fea, ya sabéis a cual me refiero, y llegamos al Parque de Bomberos. Otra glucosa y más agua, aunque hoy estoy bebiendo poco porque cuando voy muy rápido no me entra bien. Llevo varios km usando álgebra barata para no poner los pies fuera del tiesto, para que el ritmo sea el bueno. Por un lado el GPS me sirve para saber que el ritmo es el correcto (los que me conocéis sabéis que os recomiendo para ello emplear el parámetro “Ritmo Vuelta” que indica el ritmo al que estamos corriendo el km actual); por otro lado voy muy pendiente de los indicadores kilométricos de la organización (“pecás” para los amigos) y según por lo menos 8 ó 9 de ellos vamos manteniendo exactamente un minuto de margen sobre el ritmo global de 5 min/km. Justo en la Fábrica de Harinas adelantamos a quien venía siendo un referente fijo 50 m por delante, desde hace por lo menos 10 km. Hablo de Rodrigo del Don Quijote, que nos dice que vamos a acabar en 1:42 ó 1:43, pero le digo que vamos justos, puesto que acabamos de pasar el km 16 de la organización en justo 1:19:00, con lo que, si aguantamos, haríamos los 21 en 1:44:00 y los 21097 en 1:44:29.
Aquí va Rodrigo frente al Centro Cultural del Ensanche. Kilómetro 19,5 más o menos. |
Estaba yo echando esas cuentas cuando me empecé a acordar de que Luis me avisó que a partir del km 16 iba a empezar a elevarme el ritmo, así que tuve que decirle que iba “justito” para el objetivo de carrera, así que se quedó a mi lado. En el paso por el Altozano me vine un pelín arriba y la temida cuestecilla de la Catedral no se me atragantó en absoluto, sino que llegué al Molino de la Feria bastante bien para llevar 18 km a cuestas.
Por suerte psicológicamente estaba muy entero, y ya mascaba el objetivo como cumplido al ser muy consciente del tramo que quedaba. Frente a la Tómbola de Cáritas estaban, según lo previsto, mis dos hijas a las que choqué la mano, así como los padres de Maria Jesús y su hermana. Me llenaron de fuerza y encaré hacia la Puerta de Hierros. Además me acordé de mi mujer, que venía por detrás, y me pregunté qué tal lo estaría pasando.
Mejor aún se presentó la cosa cuando se unieron a nosotros Cosme y compañía, a los que había que pegarse como una lapa. Además, justo antes de empezar Hermanos Giménez, junto a lo que antes era el Bar Sandokán, estaba el pécá 19 (pasamos en 1:34 y muy poco), que yo pensaba que estaría más cerca de mi casa. Eso me motivó aún más, puesto que dos kilómetros no son nada. Cosme y Luis animaban y aunque estaba sufriendo lo mío, sabía que el ritmo era el bueno: tan interiorizado lo tenía después de docenas de entrenamientos.
Luis (112), Cosme (211) y, ampliándolo, se ve mi oreja izquierda junto a la del dorsal 1456. |
Ya vemos el Parque y al llegar, justo al girar a la derecha, nos adelanta Manolo con la patata y un escaso grupo de unos 10 seguidores. Y el tío viene dándolo todo, animando, gritando a todos los que alcanza, “vamos, chavales, venid conmigo que lo hacemos, ánimo”. Luis empieza a gritarme como un poseso para el sprint final, pero joder, aún quedan 400 m por lo menos, así que aprieto pero no al máximo. En la cuesta arriba empiezo a mirar al suelo, pero Luis me dice que mire arriba, al semáforo (ese peatonal que hay). Al llegar ahí ya se ha terminado la cuesta así que doy todo lo que tengo dentro, adelantamos a la patata, y bueno, qué queréis que os diga, con la cantidad de gente que hay se te ponen los pelos como escarpias y la visión de túnel, tanto que al paso por la Fuente no vimos al maltrecho Fran Olivas al adelantarle. Los últimos 97 m, cuesta abajo, son tremendos. Villaspeaker nos nombra y entramos en meta con la felicidad absoluta reflejada en el rostro.
Misión cumplida en 1:44:28. Los abrazos tras la línea de meta lo dicen todo.
EPÍLOGO:
Como en esta ocasión la bolsa de regalos ya estaba entregada de antemano, tenía una ocasión inmejorable para coger un botellín de agua y volverme a esperar a mi mujer. Es la segunda vez que hacía esta distancia (su debut fue en Benidorm 2010 hace unos meses), pero la primera vez que corría la MMA. Así que cogí un botellín de agua y otro de zumo y me adentré en el Parque con idea de acudir a su encuentro en la esquina de Arquitecto Vandelvira y Simón Abril.
Isa (1893) y María Jesús (170). De Marian no he encontrado aún fotos. |
Os aseguro que el trote fue de lo más cochinero pero conseguí llegar a eso de las 11:25. Un tanto justo, puesto que ella pensaba acabar en unas dos horas. Por los pelos llegué a tiempo, porque en seguida apareció al fondo con sus compañeras de entrenamientos Isa y Marian. Calculó que aún podía llegar en dos horas (la verdad es que se la veía aún bastante fresca), así que pegó un sprint que me sentó como una patada en los mismísimos, calle Arcángel San Gabriel arriba, y se dio un baño de multitudes entrando pletórica en meta con un tiempazo de 1:60:16, su mejor marca hasta la fecha.
Ya le he dado la enhorabuena por activa y por pasiva, pero ahí va otra vez:
ENHORABUENA, CARIÑO.
Estadísticas:
Además, destacar que el Dosquince ha obtenido un resultado excelente, 26 participantes incluyendo varias mejores marcas personales. Espero no dejarme ninguno: Dani Mínguez, Paquito Sirvent, Pedro León, servidor, Jota, Sebas, Jose Carratalá y María Jesús. Quiero mandar también un abrazo a los que han acabado sufriendo enormemente, lesionados, pero con gran valor: Fran Olivas, Willy y Paco Carratalá (te faltó una pizca para poder acompañarme en el día de hoy). Y al Legendario Gossi (lo de Mítico se le ha quedado corto hace tiempo), que no se ha llegado a parar a andar y ha hecho su mejor marca de la temporada en la distancia y llegar dentro de control por los pelos (ver el final del vídeo de las llegadas). Y muchas gracias a Luis, que me acompañó toda la carrera, me cogió el agua, tiró de mí y me animó como nadie.
Ah, y el video de rigor. Jota, para tí:
Gracias por estar ahí.
De nada por estar aquí.
Enhorabuena Alberto. Tü sí que hiciste un carrerón. Como sabes, me despisté en la salida y pasamos los dos primeros kilómetros en 10 minutos, por lo que tuvimos que ir limando esos segundos poco a poco hasta pillaros en la feria. Voy a ver si recupero en estas semanas un poco de forma, aunque ahora con el calor (y las cañas) va a ser difícil.
ResponderEliminarSaludos y felicidades de nuevo!
Mu buena cronica, mozo. Ya la leí hace unos días y pensaba ponerte un coment, pero se me pasó y era tarde. Estais hechos unos monstruos, y como he comentado en mi blog, quería salir con vosotros. No creo que hubiera aguantado, pero un buen pellizco al reloj seguro que le habría dado…
ResponderEliminarTb suenan mu bien los Combatientes de Foo ¿?. Ahora estoy en youtube escuchándolos un rato. Suenan a Californiano Grunge-Hippyano, no?.
Te invito a entrar a la “peich” de mis colegas que te comenté el otro día
http://www.saltamontesmelancolicos.com/
y mira este otro grupo
http://www.youtube.com/watch?v=gk4pTreXjdE&NR=1
http://www.youtube.com/watch?v=y8Q_WHrJDm0
y demás videos. Son los Kaiser Soze, tremendos…
todos paisanos de esta noble tierra. Casí ná el rock de Hardvard City.
Un saludo.
La leí la semana pasada. Y yo pensaba que se me iba la pluma con la extensión de mis crónicas...
ResponderEliminarPor cierto, tanto almibar con la propia parienta sólo se puede explicar con que quieres que te deje ir de farra con los amigotes...
Muy didáctica, un saludo.