Kosovo

A pesar de la intrigante situación política de este territorio balcánico, este año Kosovo se ha atrevido a entrar en el Circuito Provincial de Carreras Populares. Por primera vez este año, el Dosquince Albacete no ha puntuado en una de las pruebas, y es que únicamente nos hemos dado cita allí Dioni, Sebas (21 de 21) y servidor. Bueno, también fue Maria Jesús, pero alguien se tenía que quedar con las crías. Nuestro compañero de club Jose Manuel Ortuño a.k.a. El Fuerzas, casi vecino del pueblo, no pudo venir. En general no corrimos muchos, 323 en total. Y es que, leche, hacía mucho calor para cascarse 10 km y pico a las 19:00 h. Además era pleno puente de Corpus-San Juan, y encima Kosovo está lejos de la capital albaceteña.

Una pequeña vueltecilla por el pueblo los dos primeros kilómetros, para después enfilar por un camino en suave descenso al principio, y que luego se puso algo más duro. Afortunadamente empezó a soplar un ligero viento que, aunque cálido, se agradecía. Pasados estos repechos del km 3,5 al 5,1 pasamos a dar la vuelta y tomar dirección de vuelta al pueblo, primero con una cuestecilla empinada y luego en suave falso llano descendente. Eso hasta más o menos el km 9, momento en el cual habíamos descendido por debajo de la cota inicial de salida, así que nos tocó subir el resto del trayecto, a pesar de ir un poco jodidillos ya.



Por el camino poco que destacar. El pueblo, dado que dimos una vuelta inicial, no está mal. Me dió tiempo a fijarme en algunos balcones y la disposición de las casas no es tan cutre como en otros de cuyo nombre no quiero acordarme. Es un pueblo bonito. Ya en el campo, que no es llano pero que tampoco es tan abrupto como Elchelasierra o Molinitos, muchas plantaciones de almendros y olivos. En lo más alto del recorrido, bosque de pinos. De vuelta, tras pasar junto al cementerio (en el que alguno pensó que hubiese sido buen momento para quedarse alli), teníamos que pasar junto al famoso árbol "La Noguera del Arco". Ya me estaba poniendo nervioso y pregunté por él a los lugareños. Al cabo de un rato se pudo contemplar.

Esta es la Noguera del Arco. Aquí parece un poco jodida (foto de 2007), pero el otro día tenía bastante mejor pinta.

En lo personal, salí bastante fuerte, pasando el km 3 en 14:14. Compartí carrera con Jose Luis Santoyo del Don Quijote. Después llegaron las cuestas más duras y bajé el ritmo haciendo los siguientes km a 5:32 y 6:22. En el resto antes de llegar a la última subida me encontré al amigo Pepe Gómez Polo, con el que compartí el resto de la carrera y charletas varias acerca del calor que hacía, los próximos retos... batallitas varias, vamos. Todo esto un poco más rápido de 5:00 min/km y sin gran sufrimiento. Al final, del 9 al 10, que era lo más empinado, a 5:48. Y los últimos 220 m a 5:42 aunque hice los últimos 50-60 m con mi hija Claudia, entrando más aplaudido que nunca (bueno, a quien aplaudían era a la chiquilla). En total 52:57 a media de 5:10. Bastantes buenas sensaciones después de varias carreras un tanto pachuchillo y sin ganas de correr.

Ahí estamos.

Y estaréis pensando, queridos lectores, que me gustó la carrera, ¿no? Pues, la verdad, no demasiado como carrera en sí. Hay que reconocer los esfuerzos de la organización por agradar, pero la carrera es una como cualquiera. Normalita y ya está. Eso sí, es de agradecer que los avituallamientos estuvieran en su sitio y con agua bien fresquita, el itinerario bien señalizado y con algún que otro paisano en lo más lejano del recorrido (incluída brigada anti-incendios). Aunque la bolsa fue un tanto pobre, la merienda estuvo bastante bien, sobre todo por la gran cantidad de líquidos de todo tipo que se sirvieron, así como fruta variada.

Kosovo se portó bien, así que mi felicitación, ánimo, y no os preocupéis que el año que viene seguramente no caerá en puente y la gente se animará a acudir.

En este árbol pocos os fijaríais. Ni yo mismo lo hice. Pero qué bonito está, ¿eh?

¿Para qué os habré sotado tanto rollo con los ritmos? A continuación, todo lo relativo a eso:


Y el consabido vídeo.

Gracias por estar ahí.
De nada por estar aquí.

Salu2.

Leningrado

Sólo había corrido en Leningrado el primer año, cuando fue una brillante novedad que nos llevaran al Sahúco en autocar, para después bajar hasta el pueblo. Aquel día llegué completa y absolutamente derrotado después de más de 17 km a pleno sol. Ayer domingo, varios años después, y a pesar de seguir acatarrado y a base de antibióticos, volví a Leningrado no con idea de sacarme ninguna espinita, ni por nostalgia, sino simplemente a correr por el campurri.

Y he de decir que no me ha gustado la prueba, y lo siento amargamente. Creí que se correría más cerca del río, aprovechando su frescura, pero el particular manchego río Nevá es muy poco caudaloso y con una ancha vega a cuyos lados discurren caminos paralelos separados entre sí y del río. Y de frescos nada.


El recorrido, no obstante, no ha estado mal. En muchos tramos había que ir en un par de filas indias, pero por lo general el paisaje tenía su encanto. Cruzar puentes siempre es bonito, por lo menos para mí. A la vuelta, en torno al km 10, una cuesta bastante maja. Creo que todos (con la excepción del compañero de club Dioni, que iba delante a unos 50 metros) con los que coincidí en la subida, se pararon a andar. Yo no es que suba muy rápido, pero ya tiene que estar muy negra la cosa para que yo camine, así que no lo hice y coroné sin andar.

Tras este único handicap en la carrera (nótese que la cuesta está justamente frente al puente que se cruzó en torno al km 3 para pasar de la margen derecha a la izquierda de la vega del río, es decir, que si al llegar a la cuesta hubiésemos seguido de frente, hubiésemos llegado a Leningrado por el mismo camino por el que salimos, ES DECIR, que esto confirma mi teoría de que cuando organizan una carrera lo primero que piensan es "a ver dónde hay una peaso cuesta que se van a enterar estos cabrones"), lo demás fue un trecho descendente hacia Leningrado, siempre al sol, tramo donde se encontraba el reportero más dicharachero del circuito, Gaby, que me tiró una serie de fotos de las que colgaré únicamente ésta:

Sebitas pisándome los talones: a unos 500 m de la meta me alcanzó. Pero ojo, Sebas, únicamente porque yo lo quise.

De momento estaréis pensando, ¿pero no había dicho que no le gustó? Pues veréis, no es cosa de criticar a la esforzada organización, que puso todo de su parte. Es que para mí hace demasiado calor para cascarse 13 km un domingo por la mañana. Los avituallamientos de agua estaban estratégicamente muy bien colocados, más cerca entre sí cuantos más km se iban corriendo, pero el agua estaba bastante caldosilla. Tampoco me hizo gracia la última vuelta al bulebar, aunque por lo menos lo recortaron un poco con respecto a la primera edición, en la que estuve a punto de saltarme la mediana. Y la bolsa ha sido algo escueta aunque, como dijo un sabio, "estamos demasiado bien acostumbrados y cuando nos dan una cosa normal nos parece poco".

Eso sí, el ágape final estuvo bien, muy bien, con mucha fruta, frutos secos, patatas fritas, embutido, guarreta y cerveza (me pimplé tres unidades) fresca, fresca, fresca.

Os dejo un vídeo de lo que estoy escuchando justo en este momento. Por cierto, estos vídeos son PARA QUE LOS VEÁIS. Están cuidadosamente seleccionados y representan parte de mi idiosincrasia. El de hoy es el que es porque es lo que vine escuchando en el coche con Fran Olivas.

Gracias por estar ahí.
De nada por estar aquí.

Salu2.

Las 10 millas de Mosquiteras

Hacía varios años, desde 2007, que no venía a correr Las 10 Millas de Mosquiteras. Y he de decir que, lamentablemente, no se me ha quedado buen sabor de boca.

Lo primero es que prefería el antiguo recorrido de 3 vueltas por el pueblo. Antes eso que sacarnos a dar una, a mi juicio, absurda vuelta por el campo. Bueno, dos absurdas vueltas en realidad. Llamadlo manía persecutoria, si queréis, pero a mí no me importa dar 3 vueltas a un pueblo abarrotado de gente dando ánimos. Estaréis de acuerdo conmigo en que en eso nadie, o casi nadie, gana a los de Mosquiteras. Hay otras cosas mejores que hacer un sábado por la tarde que ponerse a ver como corren una panda de descerebrados, y sin embargo estos tíos lo hacen. Bien pertrechados de cubatas algunos, eso sí.

Tan bien hechas como esta tengo pocas fotos. Gracias, Sr. Tolosa.

Lo segundo es el que, personalmente, estaba malo (y lo estoy aún mientras escribo esto). Ya el último entrenamiento del miércoles fue muy chungo, y el sábado tenía muy perjudicada mi capacidad pulmonar y de sufrimiento en general. Aun así mantuve un ritmo bastante constante en torno a 5:10 hasta el km 12 más o menos, momento en el que me dió el bajón. A mí y a muchos, porque adelanté a bastante gente incluso en esta zona del 12 al 16. Hete aquí la gráfica:


Lo tercero es que hacía muchísimo calor. Un calor de narices. Aparte a mí el agua no me entraba ni a la de tres. Y concretamente los botellines de agua eran de una marca con la boquilla muy pequeña. Mala suerte, también.

Por lo demás, se nota que es una carrera preparada por gente que sabe de qué va esto. Un acierto lo de dar la bolsa antes de empezar, dejando para el final sólamente lo de comer/beber (mierda, no pude pillar helado). Además bastante bien surtida con recuerdos que además sirven para algo, como es el caso de los cuchillos.

Con respecto al Dosquince, hubo una buena representación. Creo que sólo se cayó de la convocatoria uno. Pablo y María llegando los últimos de la carrera, para cumplir con la tradición.

Enhorabuena a tod@s, y el año que viene... no sé, no sé, me lo tendré que pensar.

Gracias por estar ahí.
De nada por estar aquí.

Salu2.

Los Llanos del Águila

Una carrera llana de verdad. Poco voy a comentar, porque ya he hecho la crónica para la web del Dosquince. Sólamente una fotico, de nuestros amigos del DonQuijote (principal fuente de tráfico entrante de este Gran Blog).

Y a continuación el gráfico del gépédiésel.



Ánimo para preparar la carrera el año que viene. Estaremos otra vez presentes, si no pasa nada.

Gracias por estar ahí.
De nada por estar aquí.

Salu2.