Amigo David (a.k.a. 'El Canario'), he esperado mucho, quizá demasiado, a que me eviases tu crónica de la San Silvestre Vallecana. Pero ya, muy pronto, van a empezar la carreras aquí en Albacete, así que debo insertar algo acerca de la carrera que corrimos el último día del pasado año 2010. No obstante, te dedico estas líneas.
Llegué un poco antes de la hora convenida, bastante antes que tú. Como llegaste tarde, me dió tiempo a hacerme esta foto, entre otras, así como a despedir telefónicamente el año al Mítico Gossi.
Enseguida, fortuitamente aunque sin sorpresa porque 'todo el mundo' queda justo debajo del escudo del Real Madrid, me encontré a mi hermano Tino, que no corre (de momento) y a su hijo (mi sobrino) Jorge (que es un portento de 17 años con 43 minutos en 10 km en ruta homologados). Cuando por fin llegaste mi hermano nos hizo esta foto:
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De izquierda a derecha: Amigo-de-Jorge nº 1, Amigo-de-Jorge nº 2, Jorge, yo y tú. |
Pertrechados con las pulseras que nos autorizaban a pasar al cajón sub-48 (minutos), y tras llamar a tu hermana, varias veces ("Rebeca, vente con nosotros que tenemos una pulsera de sobra" ... "Rebeca, soy yo otra vez, tu hermano, oye quedamos en tal sitio" ... "Oye Rebeca, soy David, que me dicen que la pulsera es falsa" ... y así hasta 12 ó 13 llamadas y mensajitos ni se sabe), nos encontramos a Jaime y (Jose Luis) Salguero, amigos de mi hermano Andrés, y míos propios, fruto de la coincidencia más oportuna, puesto que en ese momento no estábamos debajo del escudo. Es cuando nos hicimos estas fotos:
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De izquierda a derecha: tú, yo, Salguero y Jaime. |
Faltaba poco. Nos encaminamos a los cajones de salida, previo encuentro con tu hermana, quien, por cierto, iba muchísimo mejor preparada que tú. Suerte que 'los reyes' te han traido material técnico para no tener que correr con el chándal y la sudadera con capucha como Rocky.
Una vez superada la barrera de control a pesar de portar tu hermana con la pulsera falsa, todo era emoción ante el ambientazo reinante. Delante, miles de personas y la calle Concha Espina, para empezar el circuito urbano más espectacular que se pueda desear. Ah, si, nos hicimos esta foto:
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¡Qué día más bueno hizo! ¡Qué caras de ilusión! |
Por fin dan la salida. Para tí, que estás acostumbrado a correr 3 ó 4 días por semana, del orden de una hora en cada salida, no debe suponer problema esta carrera. Salimos a unos 5:10 el kilómetro hasta el cuarto, por el que pasamos justo en 20:38, a la altura de la Puerta de Alcalá. Para entonces, al paso por la initerminable (y lamentablemente terminable) calle Serrano, ya te había visto signos evidentes de cansancio y sufrimiento: cara seria, callado y sudando como un pollo. Yo sin embargo era feliz, aninmando al público a aplaudir, especialmente a los chavales con los que 'chocaba
esos cinco'.
Tu cara se volvió aún más seria y te concentraste en continuar y acabar como fuera. Yo te animé muchísimo, diciéndote en qué tenías que pensar y en qué no. También te di caña: cuando llegamos al km 5, frente al Museo del Prado, más o menos, te recordé que quedaba otro trecho igual al que llevábamos, y que estabas hecho un mariquita.
Al llegar a Atocha, en la cuestecilla hacia arriba que hay, dejando a la derecha la estación, me adelanté lo que creí que eran unos segundos (y resultó casi un minuto) para saludar a la gran representación de mi familia que acudió a vernos (mi mujer, Maria Jesús, mis dos hijas, mis padres, mi hermana Ana Mari y mi sobrino Pablo). Tuve tiempo de saludarles tranquilamente hasta que llegaste, pero no te dejé parar y seguimos por la Avda. Ciudad de Barcelona (¿existe en Barcelona la Avda. Ciudad de Madrid? no lo creo), la mejor calle para correr, dos km de constante bajada y tremendamente animados y ambientados. Allí lo pasé en grande saludando a todos esos desconocidos que estaban allí aplaudiéndonos a tí y a mí.
Pero tú ibas muy mal, ya ni cuesta abajo podías trotar un poco más rápido. Me preguntaba si aguantarías la cuesta de la Avda. de la Albufera, habida cuenta de la escasa velocidad que desarrollabas cuesta abajo. Pero esto sólo lo pensaba, por que en voz alta sólo te iba animando, diciéndote que quedaba poco, que lo ibas a conseguir, que lo ibas a lograr.
Llegamos al 'puente de Vallecas', pasando bajo la M-30 en el sitio donde hubo aquel infame atentado. A partir de ahí una cuesta cada vez más empinada, de 900 m. Te portaste como un campeón porque sufriste pero no paraste a andar, como hacían muchos. Por fin, tras el interminable ascenso, giramos a la derecha a lo que es Vallecas en toda su plenitud. Aquí te viniste arriba cuando pasamos por la calle en la que viviste cuando tenías 10 añitos. En seguida llegamos al km 9, con lo cual ya estaba todo hecho, aunque aún sufriste un poquito más. Pero gracias a mi apoyo y tu esfuerzo, lo lograste.
Como he corrido aquí varias veces conozco exactamente cuál es la última curva tras la cual está la pancarta de meta; así que te lo anuncio y eso provoca un pequeño sprint. Cruzamos la ansiada línea y te envidio por un momento, porque sólo hay una vez en la que se acaba la primera carrera. Hace exactamente 5 años que yo viví en este mismo sitio esa sensación, aunque no tuve, como tú, un amigo al que abrazar en meta. Muy emocionado, pero sobre todo muy cansado, cruzas la meta con la sensación de haber cumplido. La marca, 57:50, es lo de menos. Para mí es muy importante que acabases, y sin caminar.
Enhorabuena, un sinfín de carreras te esperan.
Salu2.