martes, 28 de agosto de 2012

Villalgordo del Júcar MMXII

El hormigón es un material de construcción, una especie de roca artificial que al principio es parecido a un líquido, pero que luego endurece, podiéndole dar formas muy variadas.

Os acordaréis de aquel grupo de mariconas que en los 80's tocaban unas canciones que, sorprendentemente, eran una puta mierda pero que molaban un huevo. Siglos después, ese grupo ha madurado y ya llevan cuatro o cinco álbumes de estudio haciendo unas cosas sorprendentemente buenas, sencillamente impresionantes. Os dejo aquí un vídeo del último disco para que os amenice la crónica, en el que se condensa la quintaesencia de lo que son ahora: guitarras roncas, orquestaciones a base de órgano al estilo del gran John Paul Jones, con unos arreglos e instrumentación limpios e impresionantes, acompañado todo por la voz del otrora follanenas genio Joey Tempest.

En inglés se dice ‘concrete’ (concrít), y por eso en sudamérica se le llama ‘concreto’, aunque no tiene nada que ver con la concreción. Sus ingredientes básicos son:
 
  • cemento: un polvo gris obtenido por cocción de arcilla y caliza, con algunos aditivos más, y que tiene la propiedad de que, al mojarlo (hidratarlo), endurece.
  • áridos (o vulgarmente, ‘piedras’), que suelen ser calizas de machaqueo, de diferentes tamaños, desde arena similar a la de la playa hasta grava del tamaño de una aceituna e incluso más grandes; es lo que en realidad le da resistencia al hormigón, puesto que aunque el cemento también resiste, básicamente se comporta como un ligante (pegamento).
  • agua, para hacer que el conjunto fragüe (endurezca) y, mientras esto ocurre, la mezcla sea manejable y pueda ser vertida en moldes con la forma que se le desea dar a la pieza de hormigón.
 
Esto es el hormigón básico propiamente dicho. Luego hay dos términos que la gente suele emplear incorrectamente, al azar, o sin saber lo que dice, que son:
 
  • hormigón armado: resulta que el hormigón por sí sólo aguanta bastante bien a compresión, es decir, “que lo aprieten”, así que por ejemplo una columna resiste bastante bien. Pero a tracción (“que lo estiren”) no aguanta apenas. Cuando se hace una viga de este material y se coloca horizontal y con peso, la parte de arriba de esa viga está comprimida, pero la de abajo está traccionada. Por eso el hormigón hay que armarlo, o lo que es lo mismo, colocarle armaduras de acero, varillas a lo largo de zonas estratégicas de la pieza que se dejan sujetas al molde vacío para que, cuando se rellene con el hormigón, queden embebidas en él, ayudando así a que la pieza sea más resistente, sobre todo ante los esfuerzos de tracción, que son soportados casi íntegramente por el acero, material que tiene mucha resistencia.
  • hormigón pretensado: aunque mucha gente está familiarizada con el término, casi nadie sabe realmente lo que es. El pretensado es una técnica que, en construcción, sólo se aplica a grandes puentes de carretera o ferrocarril, y muy poco en edificación (quizá en algún edificio emblemático, tipo auditorio gigantesco o similar). Consiste (en el ejemplo de la viga horizontal) en dejar embebidas en el molde unas vainas metálicas flexibles y huecas, que se suelen sujetar a las armaduras para que no floten cuando se hormigona la pieza. Después se espera a que fragüe el hormigón y se insertan por esos huecos unos cables de acero con alta resistencia a la tracción (de un tipo distinto al acero usado para armaduras o “ferrallas”). Esos cables se anclan a un extremo de la viga y, desde el otro, se tensan mediante unos potentes gatos hidráulicos de manera que toda la viga se comprime, quedando “pre-comprimida” para que de ese modo, cuando se ponga en carga y empiece a recibir esfuerzos de tracción, aguante mucho más simplemente para llegar al “estado neutro”, y a partir de ahí es cuando internamente la pieza sí empieza a sufrir la tracción. Está claro que así soporta un esfuerzo externo, una carga, mucho mayor que con el simple armado. ¿Sabéis que objeto cotidiano está también pretensado? Los radios de una bicicleta, aunque en este caso en vez de pre-comprimidos están pre-traccionados (o pre-estirados). Es evidente que si cojemos un grupo de alambres tan largos y finos y les aplicamos unos 100 kg de peso, éstos resistirían si sólo influyesen sus propiedades mecánicas, pero no lo harán dada su forma, tan esbelta, que les haría “pandear” (doblarse). Por eso los radios de las bicicletas se pretensan al unirlos desde el eje de la rueda hasta la llanta, y aunque carguemos mucho la bici “apretando” los radios, en realidad ellos, intermamente, siguen estando “estirados”, tensados.
 
La carrera de Villalgordo del Júcar es una delicia. Me da igual que la participación haya ido bajando estos últimos años, creo que no es culpa de los organizadores (¡¡Emilio, un abrazo!!), que me consta que cada vez se esfuerzan más y le echan más ganas e ilusión. Será que hay muchas carreras ya en el Circuito y, al pillar ésta en verano y con bastante calor, la gente la deja pasar en favor de otras más llevaderas. Allá cada cual.
 
Yo he vuelto este año. Los dos primeros años el recorrido era una pasada de jodido con dos grandes cuestas que encima había que repetir en la segunda vuelta; pero el año pasado ya lo suavizaron bastante, cosa dificil teniendo en cuenta que este pueblo, al estar en el valle del Júcar, se sitúa sobre una ladera algo empinada (sólo hay que ver la pendiente y las curvas de la carretera según se acerca uno desde La Roda, similares en dirección Casasimarro). Con acierto, han intentado que la mayor parte de las calles sean en paralelo al cauce. Pero vamos, no por eso es llana ni mucho menos, aunque sí se han pasado un pelín poniéndole la categoría “A”.
 
Otra vez he acudido a una carrera con mi ex entrenador Tomy, esta vez para hacer algo de turismo-running acompañados de nuestras contrarias y proles.
 
Tras los preparativos típicos (a veces me parece que esto de las carreras es un contínuo espacio temporal repetitivo), los saludos de rigor a diestro y siniestro, así como la fundamental última meada, hoy con agradables vistas fluviales, salimos puntualmente. Un poco de desmierde al principio pues en la primera recta muchos nos fuimos por el lado oscuro de los conos, por lo que el coche-cronómetro tuvo que venir pitando como loco, no sé si incluso tendría que atropellar a alguien para abrirse paso.
 
Como casi siempre, salí algo reservón, intentando así que mi ex p.t. (personal trainer) pudiese acompañarme, cosa que hizo más o menos dignamente hasta el km 4, más o menos. A partir de ahí, y como no tengo ojos en el culo (bueno, sí tengo uno pero no me sirve para ver y además lo llevaba tapado), ya no sé dónde se metió, cuánto se rezagó, y como me dijo que tenía unas molestias me fui fijando otros objetivos parciales. Gente que suele correr a mi ritmo o algo más lento y que iban delante les tenía que haber dado una colleja al adelantarles por listillos.


¿Calor? Pues ponte unas pantorrilleras negras que verás qué fresquito. A Tomy, el de azul, ya le iba sacando unos metrillos.
 
El calor era intenso pero por fortuna el sol no picaba y se podía llevar relativamente bien la cosa. Además hubo abundante agua fresca en varios avituallamientos, por lo menos para mí, no sé para los de detrás que les den por culo y que corran más deprisa aunque creo que no debió faltar no escuché después a los típicos lloricas diciendo que se habían quedado sin agua. Fui soltando piernas y cada tanto adelantaba a un par de corredores, tampoco muchos. En el repecho del km 6-7, donde la granja aquella que olía como una puta mierda tan mal otros años, aunque yo iba más o menos bien, me adelantaron unos 10 colegas que iban en comandita, pero luego me vengué de ellos en la cuesta abajo que había tras el avituallamiento, enseñándoles el cabestro de mi espalda la próxima vez os escupo hijos de puta.
 
Para entonces yo hacía un buen rato que había hecho tándem con Javier Martínez (verdinegro el corazón), tras unos cuantos absurdos adelantamientos mutuos. Pero bueno, el caso es que yo ya iba dándolo todo, lo poco que me quedaba porque esa semana había entrenado los dos días previos (contrariamente a mi principio de descansar los días anteriores a una prueba) y llegada la última rampa del km 9 y pico perdí también a este compañero de fatigas, no sé donde se metería… ya os he explicado lo del ojo sin párpado. Lo que sí que es raro es que no figure en la clasificación… (última hora: se le olvidó el chip en casa).
 
Ahí vamos los dos tios más machotes que ha parío madre.
 
Tras ese bonito último tramo por la vía verde fluvial junto al Júcar, pasando junto a los patos, entré en meta en 48:54, a 4:51 la media (eran 10.100 metros reconocidos por la organización, y 10.160 por mi Ramnig), lo cual considero un muy buen resultado para mí, habida cuenta del poco entrenamiento veraniego en general, los dos días previos entrenando y supuestamente cansado para la prueba, el calor reinante, la hora del día, y el perfil transversal de la carrera. Total, que bien.
 
El glorioso Dosquince Albacete volvió a dar prestigio con su presencia, una vez más, a esta carrera estar representado por 6 miembros 6, todos los cuales hicimos un meritorio papel bajando de la hora, incluso algún portento bajó de los 50 minutos incluso (el menda que os escribe). Por orden de llegada, asistimos servidor, Dioni, Pedro León, Sebas, Jota y Paco Aparicio.
 
Al llegar a meta nos metieron como siempre en el patio del Palacio de los Gosálvez donde nos obsequiaron con una (por desgracia ya poco habitual) bien repleta bolsa del corredor, conteniendo camiseta técnica marca Jamo, calcetines técnicos, botella de vino blanco, isotónica de medio litro, bandeja de champiñones, barrita de muesli, agua, un par de ‘flas’ y no sé qué más. Después la tradicional merendola bastante surtida, incluyendo cervezas de 37,5 cm3, pero ¡¡oh, lo siento, no me lo puedo callar!! no dejaban pasar a los familiares al recinto… a mí incluso me tuvieron que colar a mis hijas de extraperlo para que se tomasen unas gominolas y limonadas.
 
Nuevos saludos a los presentes para compartir opiniones acerca de la prueba y, ya casi de noche, rematar el día duchándonos en el recinto de la piscina y, ¿por qué ir más lejos? allí mismo en el chiringuito tomar con nuestras queridas esposas y nuestras chiquillas una colosal cerveza y ¿unos cangrejos de río? pues no, unas raciones de queso frito, rabo y suspiros.
 
Enhorabuena a los ganadores, otra vez Patri y Violeta, y a los organizadores, a los que les salió una carrera redonda. Habrá que volver el año que viene.
 
Gracias por estar ahí.
De nada por estar aquí.
 
Salu2.

2 comentarios:

  1. No se quien eres Albertorey pero si de que clase y diria que un poco grosero y mal educado

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    1. Para no conocerme, has acertado de pleno. Opinas lo mismo que los que me conocen. ¡¡UN ABRAZO!!

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