Os acordaréis de aquel grupo de mariconas que en los 80's tocaban unas canciones que, sorprendentemente, eran una puta mierda pero que molaban un huevo. Siglos después, ese grupo ha madurado y ya llevan cuatro o cinco álbumes de estudio haciendo unas cosas sorprendentemente buenas, sencillamente impresionantes. Os dejo aquí un vídeo del último disco para que os amenice la crónica, en el que se condensa la quintaesencia de lo que son ahora: guitarras roncas, orquestaciones a base de órgano al estilo del gran John Paul Jones, con unos arreglos e instrumentación limpios e impresionantes, acompañado todo por la voz del otrora follanenas genio Joey Tempest.
En inglés se dice ‘concrete’ (concrít), y por eso en sudamérica se le llama ‘concreto’, aunque no tiene nada que ver con la concreción. Sus ingredientes básicos son:
- cemento: un polvo gris obtenido por cocción de arcilla y caliza, con algunos aditivos más, y que tiene la propiedad de que, al mojarlo (hidratarlo), endurece.
- áridos (o vulgarmente, ‘piedras’), que suelen ser calizas de machaqueo, de diferentes tamaños, desde arena similar a la de la playa hasta grava del tamaño de una aceituna e incluso más grandes; es lo que en realidad le da resistencia al hormigón, puesto que aunque el cemento también resiste, básicamente se comporta como un ligante (pegamento).
- agua, para hacer que el conjunto fragüe (endurezca) y, mientras esto ocurre, la mezcla sea manejable y pueda ser vertida en moldes con la forma que se le desea dar a la pieza de hormigón.
- hormigón armado: resulta que el hormigón por sí sólo aguanta bastante bien a compresión, es decir, “que lo aprieten”, así que por ejemplo una columna resiste bastante bien. Pero a tracción (“que lo estiren”) no aguanta apenas. Cuando se hace una viga de este material y se coloca horizontal y con peso, la parte de arriba de esa viga está comprimida, pero la de abajo está traccionada. Por eso el hormigón hay que armarlo, o lo que es lo mismo, colocarle armaduras de acero, varillas a lo largo de zonas estratégicas de la pieza que se dejan sujetas al molde vacío para que, cuando se rellene con el hormigón, queden embebidas en él, ayudando así a que la pieza sea más resistente, sobre todo ante los esfuerzos de tracción, que son soportados casi íntegramente por el acero, material que tiene mucha resistencia.
- hormigón pretensado: aunque mucha gente está familiarizada con el término, casi nadie sabe realmente lo que es. El pretensado es una técnica que, en construcción, sólo se aplica a grandes puentes de carretera o ferrocarril, y muy poco en edificación (quizá en algún edificio emblemático, tipo auditorio gigantesco o similar). Consiste (en el ejemplo de la viga horizontal) en dejar embebidas en el molde unas vainas metálicas flexibles y huecas, que se suelen sujetar a las armaduras para que no floten cuando se hormigona la pieza. Después se espera a que fragüe el hormigón y se insertan por esos huecos unos cables de acero con alta resistencia a la tracción (de un tipo distinto al acero usado para armaduras o “ferrallas”). Esos cables se anclan a un extremo de la viga y, desde el otro, se tensan mediante unos potentes gatos hidráulicos de manera que toda la viga se comprime, quedando “pre-comprimida” para que de ese modo, cuando se ponga en carga y empiece a recibir esfuerzos de tracción, aguante mucho más simplemente para llegar al “estado neutro”, y a partir de ahí es cuando internamente la pieza sí empieza a sufrir la tracción. Está claro que así soporta un esfuerzo externo, una carga, mucho mayor que con el simple armado. ¿Sabéis que objeto cotidiano está también pretensado? Los radios de una bicicleta, aunque en este caso en vez de pre-comprimidos están pre-traccionados (o pre-estirados). Es evidente que si cojemos un grupo de alambres tan largos y finos y les aplicamos unos 100 kg de peso, éstos resistirían si sólo influyesen sus propiedades mecánicas, pero no lo harán dada su forma, tan esbelta, que les haría “pandear” (doblarse). Por eso los radios de las bicicletas se pretensan al unirlos desde el eje de la rueda hasta la llanta, y aunque carguemos mucho la bici “apretando” los radios, en realidad ellos, intermamente, siguen estando “estirados”, tensados.
¿Calor? Pues ponte unas pantorrilleras negras que verás qué fresquito. A Tomy, el de azul, ya le iba sacando unos metrillos. |
Ahí vamos los dos tios más machotes que ha parío madre. |
Tras ese bonito último tramo por la vía verde fluvial junto al Júcar, pasando junto a los patos, entré en meta en 48:54, a 4:51 la media (eran 10.100 metros reconocidos por la organización, y 10.160 por mi Ramnig), lo cual considero un muy buen resultado para mí, habida cuenta del poco entrenamiento veraniego en general, los dos días previos entrenando y supuestamente cansado para la prueba, el calor reinante, la hora del día, y el perfil transversal de la carrera. Total, que bien.
El glorioso Dosquince Albacete volvió a dar prestigio con su presencia, una vez más, a esta carrera estar representado por 6 miembros 6, todos los cuales hicimos un meritorio papel bajando de la hora, incluso algún portento bajó de los 50 minutos incluso (el menda que os escribe). Por orden de llegada, asistimos servidor, Dioni, Pedro León, Sebas, Jota y Paco Aparicio.
De nada por estar aquí.
Salu2.
No se quien eres Albertorey pero si de que clase y diria que un poco grosero y mal educado
ResponderEliminarPara no conocerme, has acertado de pleno. Opinas lo mismo que los que me conocen. ¡¡UN ABRAZO!!
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