Ingredientes: meter en la cocktelera al virtuoso guitarrista de blues Joe Bonamassa, al mítico bajista de Deep Purple, Sr. Glenn Hughes, al hijo del batería de Led Zeppelin (Jason Bonhan) y al archicondecorado teclista Derek Sherinian. Agitar. Listo para cogerse una auténtica cogorza musical.
La verdad es que físicamente me encuentro soberbio desde hace meses. Trato de correr 4 días en semana, incluyendo todos los sábados y domingos, y también nadar los viernes. Además he echado algún partido de pádel, deporte que cansa bastante y eso que soy un auténtico paquete.
Así que el sábado por la mañana, día previo a la carrera, también salí a correr. Si hubiese querido hacer una buena marca el domingo, no habría salido. Pero salí. Diez km en 49 min con JuanRa.
No contento con eso, nos plantamos en Chinchilla y, cuando dan el disparo, salimos lanzados. Siempre por debajo de 5 min/km hasta llegar al Escorpión, que nos ralentiza algo, pero aun así ese km nos sale a unos 5:19.
Tras llegar arriba (JuanRa me esperó siempre en las cimas más duras), apretamos otra vez en la larguísima bajada, dos km a 4:28 y otro a 4:19. Estaba claro que le ibamos a dar un buen bocado al récord (bueno, en realidad JuanRa la carrera no la había hecho nunca, aunque el recorrido sí, en entrenamientos).
Por fin llegamos al 9 y pico, sitio donde está esa especie de rio. Como todo el mundo sabe, los ríos van por el fondo de los valles, así que ahora tocaba subir. La cuesta del Silencio de los Corderos viene precedida por una pre-cuesta larga que es llevadera, aunque al final, donde empieza el mal olor, siempre se agarra.
Algunos ya creen, llegados a esta cima, que ya está todo hecho, pero aún queda un trozo chungo. Un rompepiernas que pica siempre hacia arriba con algun descansillo traicionero. Lo bueno es que al fondo ya ves el pueblo y te
JuanRa iba hecho una mierda, y yo pletórico. No hay más que vernos las caras. |
En este tramo, a pesar de haber dejado algo de fuerzas, es el que más se me resistió, y aunque algún individuo me adelantó en este tramo, también recuperé una distancia apreciable a alguno de los que estuvieron por delante todo el rato, incluso llegamos a adelantar a varios.
Por fin, tras la última bromita en forma de cuesta, llegamos a la mítica plaza, donde está el arco de meta. Tiempo final: 1:04:19, a ritmo medio de 4:54 (lo considero palabras mayores tratándose de la mezcla Chinchilla-yo).
En Hellín nos vemos.
Gracias por estar ahí.
De nada por estar aquí.
Salu2.
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