viernes, 3 de mayo de 2013

Lazarus' Houses

Accediendo a Blogger. Correo, contraseña y ya estoy dentro. Bien, ¿ahora qué? La gente sigue sin comentar nada nunca acerca del vídeo de rigor, ni para bien ni para mal (bueno, una vez Joseda comentó algo). Si no les gusta que lo digan pero que les follen porque lo voy a seguir poniendo. Así que ahí va:


El día 1 de Mayo, había dos opciones. La primera, ir a la manifestación. Absurdo: ¿a reclamar qué? No han hecho caso de nada, de ninguna manifestación por la infame reforma laboral, por la demente privatización sanitaria, ni por los descomunales ajustes en educación; no lo están haciendo (ni caso), y no lo van a hacer, así que ¿para qué? Otra cosa es que hubiera ido allí **contenido eliminado por la caza de brujas**. Para echarse a llorar.

Así que me fui a Casas de Lázaro. Salimos el Presi (en su coche), JuanRa, Tomy y servidor, a eso de las 9:45, llegando de sobra a las 10:25 y eso que para echar gasoil tardamos una eternidad. Aparcóse el vehículo turismo en la puerta de un garaje sin vado, cosa arriesgada siempre en un pueblo, porque son capaces de pasarte por encima con el tractor. El pueblo es pequeño, eso sí se aprecia. Pero por lo visto lo que no apreciamos nunca, o nos resulta más dificil de apreciar, es la casi nula cantidad de coches que suele haber, a diferencia de la gran cantidad que hay aparcados cuando los corredores hacemos nuestra particular invasión.

Recogemos todos dorsal y bolsa, compuesta de un pan de pueblo y una caja de rosquillas ideales (creedme que soy experto en la materia) para tomarlas con el café de mediatarde. Escueta la bolsa, pero mejor que la antiguamente perenne gorra de la caja de turno. Vuelta al coche, nos despojamos del chándal (me he vuelto a acordar de ponerme las mallas), últimos preparativos, un poco de "vida" (es decir, nos rociamos con colonia Nenuco), y a la línea de salida.

Esta vez fue otro, no yo, para variar, el que empezó a señalar esta y aquella tía buena, con mayor o menor coincidencia en los gustos particulares de cada uno. Por una vez entre un millón estuve presente en la foto de grupo, o fotos, porque hubo varias. Nos juntamos bastantes: Sebas, Perdigón, Paquito, el Presi, JuanRa, el Fuerzas, Jorge, Trampolín, Blas, Fran Olivas, Pedro León, Lombardía, David y servidor. En total iríamos a correr unos 600, calculé a ojo a ojo los cojones, lo miraste en internet antes de salir de casa, so listo. Bueno, al tema. A correr.

Dijo un sabio que en la vida no es cuestión de buena suerte. La buena suerte más o menos se la puede ir buscando uno: estudiando o dejando de estudiar; arrimándose a estos amigos o a aquellos; eligiendo este trabajo con más futuro y menor remuneración que aquel mejor pagado de momento, pero vete a saber tú el día de mañana; ahorrando para el día de mañana o gastándoselo casi todo en un buen coche, una televisión grande que te cagas, un quad, tabaco, putas, unas rayas, un alargador de pene; sujetando normalmente al demonio y al animal que lleva uno dentro, o bien llevarlo siempre sin correa ni bozal ni bragas. Por eso no es cuestión de buena suerte.

La cuestión es... no tener mala suerte. Porque ya puedes haberlo hecho todo bien que quieras, pero como se cebe en tí la mala suerte, la has cagado. Como te caiga un rayo, tengas un accidente fortuíto tú o los tuyos y te mueras o se mueran,**contenido eliminado por la caza de brujas**. No me enfado, porque hay cosas peores.

El miércoles en Casas de Lázaro sucedieron algunas de estas cosas, y otras no. Pero por eso no hay que enfadarse. Sí destacaré que el recorrido es bastante bonito, por terreno de monte de pre-sierra, parecido a la parte intermedia de la vecina carrera de San Pedro (para los que hayáis estado en aquella y no en esta). Claro, que como elegí correr (más o menos a tope) en vez de pasear, y como los caminos estaban regular (no es una queja, los caminos son como son, y este era así, el que quiera terreno llano que se vaya a las pistas), preferí no tentar a la mala suerte e ir mirando el suelo, para no tropezarme. Y por eso no pude ir recreándome en el paisaje, aunque lo que vi por el rabillo del ojo era muy bonito. Tampoco pude ir admirando eso que ya sabéis que suelo ir mirando, aunque aquí también lo que vi por el rabillo del ojo me pareció que era muy bonito.

El trazado, un poco más corto que el del año pasado, por lo visto, por que yo no estuve. Con la temperatura ideal (o casi) para correr y nulo viento, salimos dando una mini vuelta al pueblo, más "mini" que nunca porque es un mini pueblo, y salimos cuesta abajo por un valle que nos lleva a un riachuelo que hay que cruzar a pinrel. Aquí recupero algún puesto porque la mayoría de los que van delante son unos mariquitas pusilánimes que no tienen lo que tienen que tener para pisar fuerte, rápido y con decisión. Eso era el km 1 más o menos. A partir de ahí, una cuesta de unos 2 km, algo menos, de longitud, con un desnivel aproximado de 100 m (verticales hacia arriba, se entiende). En casi todas las carreras hay alguna cuesta, pero no suelen estar tan al principio. Eso te deja un poco tocadillo para el resto de la carrera, pero momentos hubo para recuperarse puesto que, al final, como la meta estaba exactamente en el mismo sitio de la salida, habría que bajar.

Efectivamente, desde el km 3 hasta el 5 terreno más o menos llano, en ligero descenso, y desde el 5 hasta el 6 vertiginosa bajada en la que más de uno me adelantó, aunque no se la guardé cuando luego volví a cogerle en la subida (no fue el caso de Sarri de El Salobral que está recuperando su antaño estado de forma, ni el de Paquito del Dosquince, a los que no pude dar caza). Me da igual, la verdad pero si quedo yo delante, mejor, nos ha jodío. Mismo río para cruzar, pero en distinto punto, con igual baile de mariquitusos débiles de voluntad. Cuesta breve pero empinada, donde estaba Gabi para inmortalizar el momento, y vuelta a entrar al pueblo.

Isabel, que estás ahí en la foto acalorada quitándote la chaqueta, enhorabuena por el maratón.

Esto era el km 7 y lógicamente los diseñadores del trazado aún tenían una última bromita para los participantes. Efectivamente nos vuelven a encauzar dirección San Pedro por la carretera, cuesta abajo (que luego habría que subir), para después girar 180º en dirección de nuevo al pueblo, pero por un caminillo que debe ser agradable para pasear en verano, pero que a estas alturas a algunos se nos estaba haciendo algo jodido. Pero terminado el camino, siempre picando bastante hacia arriba, nos meten al pueblo donde hay otro par de repechos bastante empinados, estilo Molinicos (ya sabéis a qué cuesta en particular me refiero), pero bueno, como es ya el final y por detrás alguno viene apretando, saco fuerzas de donde no las hay y, espera, ¿pero esto qué es? Me encuentro con mi vecino (ese que en la media de Albacete lleva años saludándome desde el balcón en pijama y con cara de sueño, ese que seguro que lleva un mes entrenando y que en su vida seguro que no ha movido un esparto, ese, ESE, y ya está a mi nivel el muy cabrito, mecaguetóloquesemenéa). Me dice nosequé, pero no le hago ni caso, toda mi concentración está ahora en meterle por lo menos 5 ó 10 metros de ventaja, coño, que se sepa quién es el veterano y experimentado (mierda, acabo de ver el vídeo, porque en aquel momento tenía el seso frito, y no lo conseguí, llegó él delante).

Por fin cruzo la meta en 45 y pico, a 5:00 min/km de media según mi peluco, 4:59 según la organización, que prometía unos metros más que a mí no me salieron. Con las últimas cuestas llegué completamente jadeante y tuve que agarrarme a una valla mientras Paco Marcos me decía nosequé. Perdona, macho, pero no tenía ni puta gana de hablar ni de nada.

A renglón seguido pasamos a que nos sirvieran un Vino Español a quién se le ocurriría esta fina y cursi manera de llamar a un aperitivo servido de pie en la típica sala polivalente en estos pueblos tan pequeños, que lo mismo sirve para esto que para una reunión de la Asociación de Punto de Cruz, para tomarse las uvas en Nochevieja o para, por ejemplo, elegir a la reina de las fiestas. Hacía mucho calor allí, así que me tuve que aplicar dos latas de cerveza últimamente te las aplicas aunque no haga calor. Charla con los amigos, también con alguno que no es amigo y que tienes que aguantar je je je je qué cabrón y poco más, porque no somos de los que nos quedamos a la entrega de trofeos (bueno sí, tuve el gusto de hablar con una dama de la élite, una que estará leyendo esto además, y que no parece estar grillada como otros y vosotros no, así que os jodéis).

En categoría femenina ganó Elena Ruiz Nieva que (a la vista de las fotos) debió apretar de lo lindo a última hora  para coger a Laura Villar; la tercera Cristina Moya (ojo, categoría promesa). En masculina creo que ganó un promesa también, pero no voy a decir nada más de tíos que para eso es mi blog.

Y ya por último y no menos importante, lanzo aquí una propuesta para quien la quiera cazar al vuelo. El tema es el siguiente: ¿te parece fea la camiseta a cuadros del Dosquince? A mí también, pero sólo para llevarla por la calle, porque para participar en una carrera es de lo mas cool que hay. ¿Quieres saber lo que se siente, oh querido lector, al llevar en una carrera puesta la mítica camiseta a cuadros blancos y naranjas, esa camiseta que han llevado personajes legendarios como Gossi, el Fuerzas o, ¡¡qué pijo!! yo mismo? Te propongo que, en la próxima carrera que coincidamos, intercambiemos camisetas y corramos cada uno con la del club contrario. ¿Qué te parece? ¿Una gilipollez? ¿Un bonito gesto de hermanamiento? Ánimo, espero tu propuesta por e-mail, en un comentario aquí abajo, por el Facebook o como quieras... la logística de las tallas, de ver quién lava la de quién, la devolución, etc. ya se verá después. Llevo ya 10 carreras y no creo que haga muchas más de las 18 de rigor... ¿quiénes van a ser los 8 valientes que van a hacer que yo corra las 8 carreras que me quedan cada una con la camiseta de un club distinto (si es que hay alguna propuesta, claro)? ¡¡Venga, vamos, que me lo quitan de las manos!! (conste que si os estáis todos callados, tampoco me voy a enfadar, yo no me enfado por nada).

Gracias por estar ahí.
De nada por estar aquí.

Salu2.

4 comentarios:

  1. Què coño, esa camiseta la quiero pa míííí, si lo tienes a bien, claro está!! Muy bien escrito, lebrel. Hector, Quijote

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  2. Primer (¿y único?) intercambio de camiseta adjudicado a: Héctor J. Plaza Buedo, del Club Don Quijote. La próxima carrera que hago será Almansa, aunque quizá me anime a última hora para Happymount of the Castle. Estamos en contacto.

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  3. Creo que padeces de coprolalia selectiva derechona (se te han olvidado tantos y tantos sociatas, sindicalistas, dirigentes de patronales, banqueros...) de tal pelaje como abanico político tenemos en este país de pandereta, ladrones y aprovechados; desgraciadamente no se libra ni La Macarena.

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    1. Ay, cuán equivocado estás, amigo Anónimo. Simplemente era el dia de darles a unos más y a otros solo un poco. Aunque en realidad, quien tiene la culpa de todo somos nosotros por votarles. Claro que con el lavado de cerebro que nos hacen a diario en la tele y la caca de educación que nos dan, ¿qué criterio vamos a tener?

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