martes, 26 de noviembre de 2013

al-ca-raz¡¡¡¡ villa-al-ca-raz-t--,lalalalalalala, QUÉ PIJO

El otro día no sé a cuántos les dije que no sé qué poner. Así que el nivel de sandeces que plasmo en estas líneas aumenta por momentos, mientras que paralelamente disminuye la calidad.


Cuatro maromos nos dirigimos a Alcaraz el domingo pasado metidos en un coche, tras el paso por la insigne churrería. No tengo ganas de correr: con el Circuito acabé ya hace tiempo, y estas últimas carreras son de propina. Además a Alcaraz se tarda un buen rato en llegar y hay muchas curvas. Pero voy porque es la carrera más bonita.

Aquí tenemos la próxima formación de Metallica.

Hacía un frío de cojones miedo, sin embargo lucía un espléndido sol y no hacía aire, dándose unas condiciones climatológicas bastante aceptables para correr. Y esto es muy raro porque en Alcaraz siempre hace malo el día de la carrera. Lluvia, fuerte viento, mucho frío, incluso granizo y agua-nieve hemos sufrido siempre en Alcaraz. Da igual que sea en noviembre o en abril como era antes: siempre hace mal tiempo... menos hoy.

De entre el indeterminado grupo de lectores de este Gran Blog a los cuales no conozco (o debería decir conocía) surgió ya hace mucho el contacto para el intercambio de hoy. Se trata de Anabel de Club de Atletismo Valdeganga, sí, ya sabéis, la chica esa que siempre está sonriendo.

Típica foto para el recuerdo.

Sin embargo, tirando de hemeroteca, nos encontramos con esta otra foto de Alpera 2012 donde ya posamos juntos e incluso revueltos varios miembros del Valdeganga y el Dosquince. Y es que el Circuito se está convirtiendo en un monstruo. Me refiero a un monstro de amistades, conocidos, allegados, familiares, niños, fotógrafos, organizadores... una grandísima familia. Para la mayoría lo de menos es correr, lo importante es ir, ver, saludar.

¿Casualidad....? No lo creo.

Bueno. Pues nada. ¿Os hablo de la carrera? Pufff, qué pereza, ¿no? ¿La habéis hecho todos, verdad? Pues no ha variado un ápice, por lo que yo recuerdo. Y la he hecho por lo menos 7 u 8 veces. Salimos de la Plaza Mayor sin haber tomado el relaxing cup of café con leche, cuesta abajo, y empiezan las típicas bromas: "Pues no es tan dura, ja ja ja", la verdad es que somos muy simples a veces. Esa broma y la de pasar por el km 1 que coincide con el km 6 porque son dos vueltas y decir "¡Ya estamos en el km 6, qué corto se me ha hecho!" son las típicas. También está esa cuando llueve de "¡¡De polvo no os quejaréis!!", o la típica de "¡A la marcheta!". Qué cosas, oye.

Sube que te sube por el camino serpenteante, cuyo piso por cierto este año estaba bastante mal. En esta zona aún está la gente bastante apelotonada y están los típicos autobuses por si te quieres enganchar a alguno. Saludé a varios, entre los cuales destaco a Emilio de Villalgordo y a Morales de Chinchilla, a quien hacia un egg of duck que no veía. Por fin llegamos al tramo en que, rodeando el montículo en forma de teta puede apreciarse desde abajo el Santuario de Cortes, con sus agujas puntiagudas asomando como pezones. Bajada fuerte y se acabaron los autobuses, toca fila india. Llegamos a la zona boscosa junto al río, cuyo rumor da gusto escuchar dan más gusto otras cosas que correr junto a un río pero bueno. A todo esto iba yo tratando de dosificar, puesto que es una carrera con más de 16 km, cuestas durante todo el recorrido, y un final apoteósico en cuya cuesta no quería quedarme clavado como otros, ¡oh, pusilánimes!, hacen. Pero el cabrito cabronazo de JuanRa iba haciendo constantemente la goma y tirando. Y yo no tenía ganas ni estaba por la labor. Ganas me dieron de mandarle a tomar por culo, pero pensé que le jodería más tener que ir acompañándome, así que no le dije nada para que se jodiera. Llegada al mini-puente sobre el río de Cortes (al parecer una muchacha que iba delante, me han contado, se dio un baño al dudar si cruzar el puente o vadearlo, aunque no me han sabido decir quién) y a la pedanía de La Hoz con su famosa cuesta ¿famosa?.

La cuesta jode, pero por lo menos se acaba el camino y empieza el firme de hormigón y/o aglomerado asfáltico, lo cual agradecen mis tobillos. Al llegar arriba me pongo en modo semi-sufrimiento y empiezo a correr un poco más en serio. Son sólo dos kilómetros lo que se transita por esta sinuosa carretera en la que echo mano de tiralíneas mental para, siguiendo la curva del perro, recorrer la mínima distancia. Parecen más kilómetros, sobre todo cuando empieza a asomar el fondo el Santuario, que parece que está a tomar por culo lejísimos, pero en realidad está más cerca, cuestión de perspectiva, porque el otro día me fijé que sus pezo... digo torres, son más pequeñas de lo que parece. Paso por el patio del Santuario, me persigno dos veces. Bajando, bajando, otra vez hasta el río. Paredón que hay que subir como sea. Tengo a tiro a una de las metas volantes, pero el cabrito ha desayunado hoy la pócima de Asterix y tardo una eternidad en echarle mano... nada menos que en la mismísima cuesta de los bomberos, al principio, abajo. Del resto de metas volantes ni idea, van por delante a años luz de distancia y no les he visto el culo pelo. Subo la última cuesta del pueblo como un perrete, pero sin andar, siempre corriendo, insultando al cabrón de JuanRa que no hace otra cosa que cachondearse y llamarme matao y decirme que me voy tocando los huevos. ¡Qué hijoputa!

¡¡Tooooooma fotaza!!

Mi mejor marca en esta carrera la tenía en 1:24:56 y me han salido... 1:25:00, joder, pues se me ha dado bastante bien, lo que pasa que hoy las metas volantes y la gente en general ha corrido de lo lindo. ¡Qué cabrones! En la plaza saludo a alguno de los valientes que han participado en la prueba de Trail, Javi el Boti, Sarri el atleta tardío, etc. Por lo que comentan, muy bonita y bien organizada. Pero a mí que no me esperen que ya hice un trail una vez y no repito. Lo que si digo es que es muy buena idea juntar las carreras el mismo día, dando opción a que la de trail compute en el circuito.

¿Tú que miras? ¿A que te doy una hostia, tío listo?

No mucho después de haber llegado, llega Anabel con la camiseta del Dosquince. Mientras nos volvemos a intercambiar las camisetas y charlamos con su hermana Paloma me pimplo dos cervezas, que es el mejor isotónico que hay. Comentamos la carrera... vamos, lo típico. Y creo que otra cerveza.

Gracias por estar ahí.
De nada por estar aquí.

Salu2.

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