martes, 6 de septiembre de 2011

Qué bonita carrera

Casualmente el sábado de la primera semana de mis entrenamientos para el Maratón de Valencia pedía una tirada de 11 km, así que como la carrera de Alcalá del Júcar mide más o menos eso, pues allí me planté. Y qué bonita carrera es esta de Alcalá. Y qué bonito es el pueblo.

¿Y a estos tíos qué les pasará, que hace siglos que no sacan disco?

No mucho que contar. Me lo tomé con bastante tranquilidad, sobre todo la primera mitad de la carrera hasta el puente que hay junto a Tolosa. Después, la vuelta por la umbría la hice con algo más de alegría. El total no llegó a 1 hora y un minuto, y el año pasado no llegué a la hora por los pelos, así que estoy contento. El domingo por la mañana me tocaban 16 km, así que reservé y la jugada salió más o menos bien.

Parecemos incluso profesionales.
La merendola que nos sirvieron al acabar fue excelente, y la cerveza estaba en su punto justo... ¡qué bien me entraron esos dos vasos!

Al tran-tran.
En cuanto al resto de días de entreno, cumplí escrupulosamente con el planning: lunes 6 km, martes descanso, miércoles 10 km, jueves 12 km, viernes descanso, sábado 11,29 (Alcalá) y domingo los consabidos 16 km. Hete aquí las rutas:











El sábado por la noche, como estoy como una puta chota, me acosté a una hora razonable y puse el reloj a las 1:50 de la madrugada. ¿Motivo? A las 2:00 empezaba el maratón del campeonato del mundo de atletismo de Daegu, con la participación ejpañola de Chema, Rafa Iglesias y Pablo Villalobos. Un descojono con los comentarios en Eurosport de Antonio Alix. Ganó el keniata Kirui, revalidando el título que consiguió en Berlín 2009. Allí Chema quedó octavo y primer europeo. El otro día llegó 25-avo dado de la mano de Rafa Iglesias. Villalobos llegó un minutillo después, desplomándose así:

Tranquilos, hubo un británico (Jeff Egleston, por si lo queréis buscar en Youtube) que llegó justo después y se pegó un hostión de campeonato unos dos metros antes de cruzar la meta. Después de 42193 metros no aguantar 2 más...
Como nota curiosa, los keniatas de cabeza (bueno, al final el bronce se lo llevó un etíope) estrenaron el invento de refrescarse no con esponjas ni botellines de agua, sino con spray-de-frío como el que usan los masajistas en el fútbol cuando el pupitas de turno se revuelca por el suelo echándole cuento.

Los negros pasándose el esprái.
El del dorsal amarillo terminó en 2:07, casi nada. No batió el récord del mundo, pero sí el parcial de 5 km más rápido de unos mundiales: 14:18 (del 25 al 30, me parece). Bah, una tontería.

La semana que acaba de empezar (escribo esto el martes) me voy unos días a Benidorm, donde tendré varias duras sesiones de parque temático + playa + buffet pensión completa + un poquito de carrera contínua, que ya os contaré.

Gracias por estar ahí.
De nada por estar aquí.

Salu2.

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