Una semana de mierda

En cuanto a entrenamientos ha ido bien. Empecé la semana saltándome la trotada de 8 km del lunes, que sustituí por 17 km en bici a ritmo muy tranquilo pero con lastre (mi hija, subida en la silla ad hoc). Después de pasar todo el verano con apenas 5 días de vacaciones, llega por fin el 7 de septiembre y, huyendo de la feria, me voy con la familia a la cala de Benidorm. Al poco de llegar... ¡zas! el mazazo del siglo. Nuestro compañero de trabajo Avelino ha sufrido un accidente laboral grave, muriendo finalmente el jueves de madrugada (noticia de ABC aquí).

De esta manera ya no he tenido vacaciones como tal, aunque he seguido con los entrenamientos como he podido. Aquí los gráficos.

Miércoles, 11 km

Jueves, 12 km

Sábado, 13 km

Domingo, 18 km

El que haya tenido curiosidad verá que voy de pulsaciones 'a reventar'. El domingo, después de darme cuenta, entrené con dos pulsómetros, el propio del GPS, aparentemente estropeado, con otro viejo. El primero marcaba unos 190 lpm mientras que el otro rondaba 155. Para mayor redundancia, me paré y comprobé el pulso durante 15 segundos, que multiplicado por 4 me salió de 148, así que supongo que la banda pectoral pulsométrica del GPS se habrá vuelto gilipollas loca.

Avelino, desde donde estés, que sepas que para mí no has muerto: siempre te tendré muy presente; me faltan palabras para expresar lo gran persona que has sido.

Gracias por estar ahí.
De nada por estar aquí.

Salu2.