viernes, 21 de octubre de 2011

Another Brick in the Wall

Lenta pero inexorablemente, la fecha se va acercando. Y poco a poco, la preparación que voy siguiendo, avanza a buen ritmo.

El vídeo no puede ser más hortera. Sinopsis: el cantante de un grupo de rock (Axl Rose) se casa por fín y su amigo el guitarrista (Slash) está celosote y se va a tocar la guitarra a una iglesia en medio del desierto. Después de la boda se van al banquete al aire libre pero no tienen en cuenta el aviso meteorológico de Maldonado, así que cae una chaparrá, se vuelven todos locos, se lían a empujones y, en uno de ellos, muere la novia. Patético.

Así, como el que no quiere la cosa, he metido a mis piernas una tremenda cantidad de kilómetros. Algunos pensaréis que no es para tanto pero, creedme, para mí sí lo es. Esta semana pasada, como terminé muy cargado en Hellín, decidí descansar tanto el lunes (bici) como el martes. El miércoles retomé el ritmo habitual y, francamente, sentí en mis propias carnes aquello de "más vale un buen descanso que un mal entrenamiento", porque me sentí fresco como una lechuga, marcándome 12 km a ritmo medio de 5:02 y terminando con alegría.



El jueves tocaban otros 13 km. Así que me fui dirección el Restaurante La Casita. Paré a beber en la fuente que hay en la esquina diametralmente opuesta al susodicho establecimiento, pero sólo llevaba 4 km y pico. Así que pensé que el aburrimiento, el tedio y las grandes avenidas desconocidas también hay que entrenarlas. Me inmiscuí, pues, en ese barrio a medio hacer (y lo que está hecho, a medio vender, y lo que está vendido, a medio habitar) que hay a la espalda de la Facultad de Medicina. Ya sabéis a cual me refiero. Efectivamente: correr por ahí es un auténtico coñazo, pero de eso se trataba.



Llegado de nuevo a la antedicha fuente, llevaba unos 9100 frente a los 13000-4200=8800 que debería llevar si quería acabar en casa con los 13 del vellón. Así que me volví recortando todas las isletas y rotondas, jugándome el tipo ciertamente, y con alegría en el trotar, de manera tal que el último km lo hice en 4:45, que no está mal en mi humilde opinión.

El sábado por la mañana, por primera vez en varias semanas (varios meses, más bien), dormí todo lo que quise. Me acosté muy temprano y desperté a eso de las 7:30, jarto de dormir. Unas cuantas tareas domésticas y, a eso de las 9:30 pasadas, me calcé los 13 km que me tocaban. Salí por donde casi siempre hasta que el GPS marcó el km 6+500, y luego vuelta. Corrí por sensaciones a un ritmo cómodo, finalizando los 4 últimos con alegría. En total 5:03 de media.



Y el domingo... ¡horror! El domingo es domingo, pero a mí siempre me toca poner el despertador para entrenar y tener el resto del día a disposición de lo que la familia quiera hacer conmigo. Además ese día era la Carrera de AMAC, que empezaba a las 11:00 en la Av. de España, y María Jesús participaba y yo me tenía que quedar con las niñas. Para más inri, me tocaban 30 km, lo cual supone unas 3 horas. Y como quería estar una media hora antes de que empezase la carrera, me tocaba salir a las 7:30. Así que lo puse (el despertador) a las 6:30. Desayuné, me vestí, puse el correspondiente fax matutino y me eché a correr por esos andurriales.



Eramos pocos los que no habíamos ido a correr la media maratón de Valencia, así que quedamos (a las 8:00 en el inicio del Canal de María Cristina) los Quijotes Mamen y Javier Martínez, servidor, y punto pelota. Cuando llegué allí después de un rato mientras hacía tiempo y distancia por la Circunvalación (ellos no iban a hacer los 30 y, si los hacían, no les daría tiempo de estar a las 10:30 en la Av. de España) coincidí con ambos y, tras una breve y escatológica conversación (alguno tuvo que poner un fax urgente en un bar cercano), partimos dirección Balazote con la idea de hacer 11 de ida y otros tantos de vuelta.

Dicho y hecho. Un kilómetro pasado 'El Palo' hay un puentecillo de madera donde el camino se bifurca. Yo suelo ir a la izquierda dirección Aguas Nuevas, pero convinimos en ir hacia la derecha buscando el Canal de la Estacadilla y a la vía verde de Alcaraz. El km 11 se nos cumplió junto a una balsa de riego que hay al final de este Canal, a unos 200 m del sitio donde se junta con la vía verde. Hicimos bien porque (ojo, Javier) si hubiésemos ido hacia la Huerta del Rey y de ahí hacia los Ojos de San Jorge nos hubiéramos quedado cortos de kilometraje, me temo.

Buena compañía, buena conversación... ¿qué más se puede pedir? Que haga buen tiempo. Pues lo hizo. La mañana era fresca pero no hacía frío ninguno, ni tampoco estorbaba la manga larga. Tampoco llovió, ni el sol picó. Llevamos un ritmo bastante constante en torno a 5:35. Lo que se dice "interiorizando el ritmo del maratón".

Mi última adquisición en zapatillas. Modelo antiguo, descatalogado, de uno que ya gasté hace un año y pico en versión granate (ahora amarilla). Tremenda la robustez, comodidad, estabilidad y amortiguación.

Al llegar de nuevo al punto de partida me despedí de mis compañeros de esa mañana (y otras varias) y me dirigí a la meta virtual de los 30 km. Pensé que por la Circunvalación me podría salir más distancia de la cuenta, así que atajé por María Marín aumentando ligeramente el ritmo a unos 5:20 min/km. Como cuando llegué al sitio llevaba sólo 29+600 tuve que seguir un poco más hasta el museo y luego dar la vuelta. En total 30 km clavados, en un tiempo de 2:45:29.

Después me dediqué a descansar mientras me tomaba una isotónica y veía como casi 1000 personas participaban en el III Memorial María José Merlos. Pero eso es otra historia que deben contar otros.

Gracias por estar ahí.
De nada por estar aquí.

Salu2.

3 comentarios:

  1. Bueno, ahora sí que sí. Recta final. Contando con el descanso de los días previos a la maratón, nos quedan 4 semanas, hay que exprimirlas bien...

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  2. Enhorabuena Alberto por el ritmo de entrenamientos que estás llevando. Me recuerdas a cuando preparé la maratón de Lisboa, aunque para ser sincero metí menos kilómetros de lo que estás haciendo tú. A mí me salió a una media de 50-55 kms a la semana, y la más cuantiosa fue de 62. Pero las semanas que fui más regular llevaba un entrenamiento parecido, 4 salidas de entre 12-14 kms y una tirada larga que -en mi caso- siempre estaba entre 20 y 25. Nunca hice más de 25 para preparar la maratón de Lisboa. Sí lo hice cuando preparé la de París 6 meses antes (28 y 30).
    Me das envidia porque noto en tus entrenamientos las sensaciones de cuando vas fino. Cuando sales a correr y notas que vas bien y acabas fuerte. Y sobre todo el fondo que te hacen los kilómetros. Que tengas mucha suerte en Valencia. Nos veremos allí, aunque yo me quedo con la corta (la de 10 kms). Te veo entre 3:45-3:55 fácilmente (por muy mal que suene la palabra fácilmente cuando se habla de maratón).

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  3. Puf, entre los dos me estáis hundiendo, que yo estoy corriendo sólo entre 30 y 40 km por semana...

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